Madre de dos hijos falleció después de tomar la morfina de su esposo moribundo por accidente
Las drogas son muy peligrosas, sin importar la forma en la que vengan. Cuando las personas piensan en las drogas, a menudo olvidan aquellas que son recetadas por los médicos a diario.
Matthew Schofield, de Bolton, Inglaterra, perdió a su esposa, Krista, en octubre de 2017 por una droga que ni siquiera debió haber tomado porque se le había prescrito a él. El medicamento en cuestión era morfina, según lo informado por Metro.
La morfina es ampliamente conocida como un analgésico realmente poderoso que se usa para el dolor agudo o crónico, y las personas tienden a pasar por alto sus efectos.
Eso fue exactamente lo que Krista hizo. Cuando Matthew llegó a casa una tarde, fue directamente a su habitación y vio a Krista boca abajo en la cama con los labios azules.
Ella se tomó parte de la morfina de su esposo, la cual él usaba para lidiar con un cáncer del conducto biliar.
Pero, a pesar de que tomó la droga, su muerte fue considerada como una sobredosis accidental.
Según la fuente, la vida no había sido fácil desde que Matthew fue diagnosticado con cáncer, pero ella era una mujer fuerte.
De hecho, se creía que ella usó la morfina para lidiar con el dolor después de caerse de una caminadora un par de días antes.
Creo que lo que sucedió es que ella tomó parte de este medicamento probablemente por un dolor persistente que pensó que lograría aliviar, dijo el médico forense John Pollard.
En cuanto a la posibilidad de suicidio, Matthew reveló que su matrimonio era muy feliz y que su relación era firme. Además, tenían dos hijos y ella manejaba un negocio de eBay con su madre.
Krista, que también era responsable de una cocina ambulante para personas sin hogar, tenía un historial de ataques de ansiedad, pero nunca hubo indicios de que quisiera suicidarse.
John Pollard, el forense que realizó la autopsia, aprovechó la oportunidad para advertir a las personas sobre la automedicación.
Dijo que las drogas se prescriben a las personas que las necesitan, y las que no, se arriesgan a una sobredosis, incluso con una pequeña cantidad