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Ardilla embarazada regresa a las personas que la rescataron para dar a luz a su bebé

Fabricio Ojeda
23 may 2018
20:59

En 2016, una pequeña ardilla cayó de su nido en un árbol. Era un día de mucho viento y frío, pero una mujer la rescató y la cuidó hasta que el animalito se marchó de la casa.

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Todos creyeron que se había ido para siempre, pero la diminuta roedora recordaba a quienes la habían salvado y un buen día les dio una gran sorpresa.

Según contó La Voz de la Madre Tierra, Simone Serfontein estaba en casa de una amiga cuando la ardilla, ahora conocida como Dingetjie, cayó al patio. Dingetjie lloró y lloró por su madre, pero esta nunca regresó por ella.

“Honestamente, no pensamos que esta pequeña criatura pudiera lograrlo, pero necesitábamos tratar de ayudar a este bebé”, explicó Simone dijo al portal The Dodo.

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Cuando Simone decidió llevar a Dingetjie a su casa para ayudarla, no imaginaba que esto sería el comienzo de una larga historia.

Ella dijo que solo intentaba asegurarse de que Dingetjie sobreviviera a la noche, pues la pequeña estaba muy fría y asustada.

“Sus ojos seguían cerrados… La mantuvimos cómoda y cálida y finalmente dejó de chillar”, recordó Simone.

Ella y su novio Christof tuvieron que aprender mucho en poco tiempo sobre el cuidado de este pequeño animal. Tenían que levantarse varias veces por noche para alimentar a la pequeña Dingetjie.

“Realmente no sabía nada sobre criar una ardilla bebé y tuve que investigar mucho. Nunca supe que criar una ardilla podría ser tan difícil”, admitió Simone.

Además de las necesidades básicas como la calidez y la comida, la pequeña también tenía necesidades más específicas. Una de ellas es que no quería estar en una jaula. Entonces, Simone le hizo un cálido nido en una caja de zapatos para que durmiera, pero eso tampoco funcionó.

“No le gustaba la idea de estar en una jaula en absoluto. Era solo cuestión de tiempo hasta que se negó a dormir en la caja de zapatos y prefirió la cama conmigo”.

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Simone tenía una vida con otras responsabilidades que no podía abandonar porque había acogido a una ardilla bebé, así que llevó a Dingetjie con ella a todos lados.

“Ella fue conmigo a trabajar todos los días durante los primeros tres meses. Normalmente la alimentaba cuando me despertaba y luego me preparaba y ella se metía en mi bufanda, camisa o en cualquier lugar cálido cerca de mi cuerpo y nos íbamos a trabajar”.

Pero ella sabía que no se quedaría con Dingetjie para siempre: la ardilla era un animal salvaje, y sería un error mantenerla encerrada en una casa toda la vida.

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“Siempre supimos que llegaría el día en que la liberaríamos y nos despediríamos”. Después de unos meses, Simone liberó a Dingetjie en la naturaleza.

“Vivimos en el Parque Nacional Greater Kruger en Sudáfrica y todo es salvaje a nuestro alrededor. Hay muchos animales peligrosos con los que se puede topar y necesitaba estar lista para eso”.

La pareja llevó a Dingetjie al patio y la dejó sobre la hierba para ver qué hacía a continuación. “Se metió en un árbol y sus instintos naturales se activaron de inmediato. Fue bastante sorprendente y triste al mismo tiempo”.

Por duro que fuera despedirse, Simone sabía que era mejor para Dingetjie ser libre. Y ese pareció ser el final de la historia. Pero no fue así. Dingetjie volvió para visitarlos una y otra vez.

“Todos los días durante los primeros meses fue un poco estresante decir adiós, siempre pensé que esta podría ser la última vez que la vería…”.

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“Pero todos los días, cuando llegaba a casa, ella estaba allí esperando o me veía caminando a casa desde un árbol o algo así y unos minutos después ella corría adentro para venir a saludar”, contó Simone.

Y agregó: “Resultó que nunca despegó totalmente. Siempre, siempre, siempre volvía. Eventualmente comenzamos a dejarle la ventana abierta durante el día mientras trabajaba para que ella pudiera ir y venir cuando quisiera”.

Y a pesar de que Dingetjie sabe cómo hacer sus nidos en los árboles, Simone a menudo se despierta y encuentra a Dingetjie acurrucada junto a ella en la cama. “Ella sabe que esta casa es un lugar seguro y cálido”.

Cuando Dingetjie tenía 6 meses, esto se había convertido en una rutina. Y a pesar de que era una ardilla en crecimiento, parecía haber engordado un poco a los lados.

“Nos dimos cuenta de que estaba ganando mucho peso. Sabíamos que ella hizo algunos amigos ardilla, pero también pensé que aún no era sexualmente activa. Luego descubrimos que estaba embarazada”.

Dingetjie se quedó en la casa la mayor parte del tiempo durante su embarazo, hizo un nido en un cajón usando papel higiénico. Una noche, la pareja regresó de cenar y se dio cuenta de que algo triste había sucedido.

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Dingetjie estaba en trabajo de parto en el nido que hizo de papel higiénico, pero la pobre no tenía energía y se durmió, entonces la pareja la ayudó a completar el proceso, pero el bebé nació muerto.

“Creo que ella no estaba lista porque tenía apenas 6 meses”, dijo Simone.

Pasó más de un año, y Dingetjie se embarazó de nuevo. Entonces volvió a la casa y le dieron tantos rollos de papel higiénico como quería para construir un nuevo nido.

Hace poco Dingetjie entró en trabajo de parto por segunda vez. Esta vez, se convirtió en madre de una ardilla bebé, y ha dejado que Simone esté a su lado en todo momento. “Hay tanta confianza. Ella nos permite mirar, tocar y sostener a su bebé”.

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A pesar de que Dingetjie es salvaje y pasa la mayor parte de su tiempo al aire libre, parece haberse dado cuenta de que la casa de Simone es un lugar seguro donde podrá cuidar de su hijo.

“Nunca pensamos que ella se quedaría con nosotros. Pero eligió hacerlo. Es una ardilla tan inteligente. Realmente creo que es imposible explicar alguna vez la relación que tenemos con ella y la relación que tiene con nosotros. Honestamente, es lo más increíble que he experimentado”.

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