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Un niño de 8 años llamó a emergencias pidiendo ayuda asustado por los gritos de sus padres

Fabricio Ojeda
08 ago 2018
21:07

Los padres deben ser discretos y nunca gritar cerca de sus hijos, ya sea en discusiones o cuando comparten pasiones en la cama. Los niños son muy susceptibles y este caso lo confirma.

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Una curiosa confusión ocurrió la noche del domingo 5 de agosto en un barrio de Albacete, España, cuando un niño de 8 años llamó en la madrugada al servicio de emergencias para pedir ayuda porque sus padres estaban gritando en su habitación, reportó Canal 44.

Al parecer, el pequeño se despertó alertado por unos sonoros gritos, y creyendo que alguien les hacía daño a sus progenitores tomó el teléfono y marcó el 112 para notificar lo que estaba ocurriendo.

El personal de guardia que atendió la llamada comentó que les pareció raro, pero el niño “estaba muerto de miedo y es cierto que se oían los gritos a través del teléfono, así que mandamos una patrulla para solventar lo antes posible el presunto delito”.

Imagen tomada de: Pixabay

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Al llegar a la vivienda los agentes escucharon los gritos, pero cuando entraron se percataron de que lo que sucedía era muy distinto lo que imaginaba el menor.

“La verdad es que se oían los gritos desde la calle y subimos a toda prisa, pero al entrar en su habitación los encontramos haciendo el amor y entendimos tanto alboroto”, explicaron los gendarmes, según Canal 44.

Imagen tomada de: Pixabay

Imagen tomada de: Pixabay

Los padres, por su parte, dijeron que se habían confiado en la distancia que existe entre su recámara y la de su hijo.

“Es cierto que somos muy fogosos y a veces nos dejamos llevar, pero la habitación del niño está en la otra punta de la casa y siempre cerramos muy bien las puertas. De verdad que pensábamos que nunca nos oiría”, admitieron.

Imagen tomada de: Pixabay

Imagen tomada de: Pixabay

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Quizás aprendan la lección que les dio haber pasado esta vergüenza, y aprendan a controlar sus ímpetus vocales las próximas veces que se amen en el interior de su casa.

De lo contrario, tendrán que cambiar sus horarios para cuando el pequeño se encuentre en la escuela.

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