Pensábamos que un perro callejero venía a nuestro campamento por la noche porque tenía hambre, pero resultó que quería salvarnos la vida.
Una noche en el bosque se vio truncada cuando un perro apareció en el campamento, ansioso e ignorando la comida que le ofrecíamos. Su comportamiento nos inquietó, pero el verdadero terror comenzó cuando oímos un crujido. El perro nos estaba avisando de una amenaza que acechaba en la oscuridad.
