Sacerdote rechaza atuendo de vaquero en la iglesia, pero no se esperaba semejante respuesta

Las iglesias son la casa de Dios, un lugar de culto y oración donde todos son bienvenidos. Allí se renueva y comparte la fe.

Sin embargo, hay una tendencia sorprendente entre algunas iglesias que se alejan demasiado de las enseñanzas de Dios. Estos lugares de culto insisten en que sus feligreses utilicen vestimentas caras para asistir al servicio.

BoredDaddy compartió una historia divertida sobre un vaquero que le dio una lección a un cura.

Todo empezó la mañana de un domingo cuando un viejo vaquero entró en una iglesia justo antes de que comenzaran las misas.

Aunque el anciano y su ropa estaban impecablemente limpias, llevaba jeans, una camisa vaquera y botas muy desgastadas. En su mano llevaba un viejo sombrero también bastante usado y una Biblia igualmente vieja.

La iglesia a la que ingresó estaba en una zona muy exclusiva de la ciudad. Era la más grande y hermosa que el viejo vaquero había visto nunca. La gente de la congregación estaba vestida con ropa y accesorios caros.

Cuando el vaquero tomó asiento, los demás se alejaron de él. Nadie lo saludó, mucho menos le dieron la bienvenida. Todos se horrorizaron por su apariencia.

Cuando el viejo vaquero salía de la iglesia, el predicador se le acercó y le pidió que le hiciera un favor: “Antes de regresar, habla con Dios y pregúntale cuál sería el atuendo adecuado para la adoración”.

El viejo vaquero le aseguró al predicador que lo haría. Pero el domingo siguiente, volvió a la misa usando los mismos jeans, camisa, botas y sombrero, todos estaban rotos.

Una vez más fue completamente rechazado e ignorado. El predicador se acercó al hombre y le dijo: "Pensé que te pedí que hablaras con Dios antes de regresar a nuestra iglesia".

"Lo hice", respondió el viejo vaquero. "Si hablaste con Dios, ¿qué te dijo que debían usar los atuendos apropiados para asistir aquí?", preguntó el predicador.

"Bueno, señor, Dios me dijo que no tenía ni idea de lo que debía ponerme. Dijo que nunca había estado aquí antes".

Al no darse cuenta del verdadero propósito de la iglesia, parece que esta congregación es la que necesita una renovación.

Un hombre debe ser juzgado por su alma, no por su apariencia o la ropa que lleva puesta. Después de todo, Jesús sí usaba sandalias, ¿estás de acuerdo?

Y así como el sacerdote de esta historia discriminó al hombre por su vestimenta, otro hombre religioso expulsó de la iglesia a los asistentes del funeral, con ataúd y todo.

El reverendo Michael Briese hizo que los creyentes desalojaran el recinto por un ataque de ira provocado por una persona que chocó contra el cáliz de la iglesia.

Aunque parecía un incidente no intencionado, para sorpresa de los asistentes, el daño causado al cáliz enfureció al reverendo Briese, quien decidió cancelar la misa.