Científicos revelan cómo haberte sacado el apéndice puede protegerte del Parkinson

Una apendecitis puede ser algo bastante incómodo y doloroso, pero según indica un nuevo estudio científico, podría además tener un efecto protector contra males como el Alzheimer.

Para quienes han sobrevivido a una apendicitis, someterse a una apendectomía no es sino un mal recuerdo. La incómoda operación conlleva una dolorosa recuperación y convalecencia. Pero el estudio de más de 1 millón de pacientes en Suecia podría traer buenas noticias para aquellos que han tenido que pasar por esto.

según indican los resultados de la investigación, las personas a quienes les han quitado el apéndice tienen hasta un 20% menos probabilidades de desarrollar mal de Parkinson que la población en general.

Este pequeño órgano está conectado al extremo del intestino grueso, y podría contribuir a la enfermedad que afecta a millones de personas alrededor del mundo. El artículo fue publicado por la revista científica Science Translational Medicine.

"El Parkinson es multisistémico", dice la autora del esutdio, Viviane Labrie, profesora asistente en el Instituto de Investigación Van Andel, en Michigan.

"Y por eso es más probable que hayan muchos sitios donde se origina el Parkinson, y el sistema gastrointestinal puede ser uno de ellos. Para otros, empieza en el cerebro".

MÁS QUE UN DESORDEN MOTRIZ

El Parkinson no sólo es común, con cientos de miles de nuevos diagnósticos cada año - es también incurable. Los síntomas incluyen tremores y temblores en dedos, manos, piernas y pies, rigidez, dificultad para equilibrarse, depresión y problemas gastrointestinales, como constipación.

Los investigadores han descubierto que síntomas gastrointestinales pueden comenzar unos 20 años antes que los síntomas motores. "En la última década, se ha hecho evidente que el mal de Parkinson no es sólo un desorden motriz", dijo Labrie en un podcast reciente.

Uno de los síntomas no motrices más comunes del Parkinson son los problemas gastrointestinales, así que algunos científicos sospechan que el desorden puede comenzar ahí. De hecho, el apéndice contiene una proteína, alfa-sinucleína,que se acumula en el cerebro de pacientes de Parkison, acotó la investigadora.

Buscando conexión entre el Parkinson y el apéndice, Labrie y sus colegas estudiaron registros médicos de más de 1.600.000 pacientes en Suecia, Esta población reveló que una apendectomía reduce en 19.3% en riesgo de desarrollar mal de Parkinson a lo largo de la vida.

Además, examinando los registros de 849 pacientes de Parkinson, hallaron que quienes se habían sometido a apendectomías presentaron síntomas de la enfermedad 3.6 años más tarde que el promedio.

La proteína "puede moverse de neurona a neurona, se ha demostrado que puede viajar", dijo Labrie. Podría en potencia transportarse por los nervios que gobiernan los intestinos y llegan al cerebro. "Si entra al cerebro, puede sembrarse y esparcirse y tener efectos neurotóxicos que eventualmente pueden inducir el mal de Parkinson", dijo.

El estudio atrajo aplausos de algunos y críticas de otros. Es importante destacar que nadie debería someterse a una apendectomía simplemente para evitar el mal de Parkinson, como señalaron algunos expertos.

Jamaes Beck, científico de la Fundación de Parkinson y profesor adjunto del Departamento de Neurociencia y Fisiología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, dijo que el nuevo estudio es "sólido".

Si bien la investigación muestra que la enfermedad "puede comenzar en los intestinos, no es un indicador de que la gente deba hacerse una apendectomía si está preocpuada por el Parkinson".

El Parkinson ciertamente es un mal que puede llevar a la preocupación extrema. Recientemente, un donante desesperado comenzó a buscar a los 11 hijos que ayudó a engendrar al desarrollar este grave problema de salud

Un hombre y una de sus hijas han iniciado una campaña a través de las redes sociales para encontrar a otros familiares.

Ken Allen decidió ayudar a varias parejas a concebir y por eso donó esperma. Todo esto pasó hace 25 años.

El australiano de 59 años está casado y tiene cuatro hijos en su matrimonio, pero en 2014 había recibido una llamada de una clínica en Melbourne, donde realizó la donación y en la que le informaban que había ayudado a engendrar a 11 seres humanos, de los cuales 9 son varones y 2 son niñas.