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"Pensé que mis hijos iban a morir": madre comparte el horror de huir de gas lacrimógeno

Diego Rivera Diaz
28 nov 2018
10:29

La madre que protagonizó la icónica foto del ataque con gas lacrimógeno a inmigrantes ilegales en la frontera este domingo únicamente buscaba que sus niños estuvieran seguros.

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En Tijuana, México, la mujer que corría con sus dos hijas frente a una nube de gas lacrimógeno en una foto masivamente difundida de la confrontación del pasado domingo en la frontera de México dice que le entran ganas de llorar al ver la foto.

El enfrentamiento ocurrió entre autoridades fronterizas estadounidenses y miembros de la caravana de migrantes. En una entrevista concedida a BuzzFeed News, María Meza, hondureña de 39 años, dijo que estaba parada en las proximidades de la cerca que separa a ambas naciones junto a sus cinco niños.

En ese momento, agentes de la Patrulla Fronteriza comenzaron a dispararles, y al menos tres rondas de gas lacrimógeno los alcanzaron directamente.

"Pensé que mis hijos iban a morir por el gas que inhalamos".

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"Me sentí triste, asustada, quería llorar. Fue entonces cuando sujeté a mis hijas y salí corriendo"; dijo Meza a BuzzFeed News. "Pensé que mis hijos iban a morir por el gas que inhalamos".

La foto, tomada por Kim Kyung-Hoon para Reuters, muestra a la madre soltera corriendo del gas en el lecho del río Tijuana, asujetando los brazos de sus gemelas.

La foto fue usada a través del mundo para ilustrar la caótica escena en la frontera méxico-americana cuando lo que había sido una marcha pacífica se convirtió en caos en apenas minutos.

Unos 500 miembros de la caravana marcharon hacia la frontera y fueron bloqueados por agentes de la Policía Federal mexicana, en una autopista que llega al punto de entrada de San Ysidro.

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Luego de ser detenidos, el grupo corrió a través de una calle paralela, atravesando el lecho del reducido río Tijuana, que pasa a lo largo de la entrada al punto de paso fronterizo.

Entonces, tras ser bloqueados en la calle frente al cruce fronterizo de Chaparral por barreras metálicas y otra línea de policías federales con escudos, el grupo caminó hacia un cruce fronterizo ferroviario a pocos minutos de distancia.

La agencia de Protección de Fronteras y Aduanas, responsable de hacer valer la ley en la frontera, dijo que disparó gas lacrimógeno y rondas de pimienta hacia la multitud, luego de que algunas personas intentaran cruzar hacia los EEUU a través de una abertura, y ale arrojaran objetos a los agentes fronterizos, incluyendo piedras.

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Meza dijo que no intentó cruzar, y sólo quería ver a través de la frontera, junto a otros miembros de la caravana, cuando el gas lacrimógeno fue disparado.

Una de sus hijas perdió sus sandalias en el fango. Ella y sus hijas no pudieron trepar para escapar el lecho de concreto, hasta que un extraño que iba pasando les dio una mano. Meza dijo que uno de sus hijos casi se desmayó por el gas lacrimógeno, pero se recuperó luego de que le echó agua en el rostro.

Los niños ahora temen acercarse al lugar donde los agentes fronterizos les dispararon. "Le ruego a Dios que me ayude a entrar a los EEUU con estos niños porque estamos sufriendo", dijo, ya de vuelta en el estadio Benito Juárez de Tijuana, donde están refugiados miembros de la caravana. "Soy una madre soltera que quiere proveer para sus hijos".

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Según reportes, las personas que intentaron cruzar la frontera se sentían frustradas por la lentitud del proceso de solicitud de asilo.

Actualmente, los oficiales a cargo del proceso están manejando un promedio de 100 solicitudes diarias, lo cual se queda corto ante la masiva cantidad de solicitudes presentadas por miembros de la caravana.

Los ataques con gas lacrimóegeno ocurrieron a medida que el Presidente Trump amenazaba nuevamente con cerrar la frontera con México del todo.

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El grupo de migrantes que fue dispersado con gases estaba compuesto por hombres, mujeres y niños que en su mayoría provenía de Honduras. La situación en la frontera sur de los Estados Unidos se intensifica cada vez más, sobre todo luego de las políticas aplicadas por la administración Trump.

Al menos 500 personas de centroamérica llegaron en caravanas y estuvieron apostadas en un refugio cercano a la frontera de Tijuana con Estados Unidos, luego de haber recorrido cientos de kilómetros para pedir asilo.

El escandaloso incidente ocurrió cuando el grupo rompió la cerca de seguridad para comenzar una protesta pacífica. Pero unos cuantos decidieron trepar la valla que mantenía cerrado el puente fronterizo San Ysidro para llegar al país del Tío Sam. Fue ahí cuando las autoridades anglosajonas usaron las tácticas antimotín.

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