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Perro con rara condición recibe una silla especial para ayudarlo a retener la comida

Buck es un perro labrador de año y medio de vida con una enfermedad llamada megaesofago que no le permitia comer adecuadamente hasta que recibió su silla especial.

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El cachorro de sólo diecisiete meses de edad apenas pesaba 17 kilos (la mitad de lo que debe pesar un labrador de su edad) antes de caer en manos de quienes le darían una nueva oportunidad.

La veterinaria y profesora Emma Drinkal de la Universidad de Nottingham y Nick Rowan profesor de diseño e ingeniería de la Universidad de Montford los cuales pusieron en práctica sus conocimientos para crear una silla especial, reportó Metro.

La silla Bailey como es llamada, fue hecha para permitir a los perros con esta condición el alimentarse sin devolver la comida, esta creación se debió al ingenio de este par de amantes de los animales los cuales al conocer la historia de Buck no dudaron en hacer algo que lo ayudara.

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ALGO PEQUEÑO Y SENCILLO PERO DE ENORME IMPACTO

El megaesofago es una enfermedad que aqueja mayormente a perros de avanzada edad, sin embargo como sucede con Buck puede afectar a animales jóvenes no permitiendo su correcto crecimiento e incluso hasta la muerte.

La condición que afecta a Buck hace que poca de la comida que consume llegue al estómago para ser digerida, así que si se mantiene en la posición común para el perro, la comida se devuelve.

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Para eso la invención que le cambió la vida. La función de la silla es que, al animal estar en posición vertical el alimento llegue a su destino, el labrador desde que utiliza la silla no ha vomitado y empezó a subir de peso.

“Actualmente no hay cirugía disponible para los perros con esta afección, y como Buck ya está recibiendo los medicamentos que pueden ayudar, la única cosa que podría ayudarlo a mantener su comida baja es la gravedad” declaró la veterinaria Emma Drinkal.

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AHORA MUCHOS DUEÑOS LAS HACEN PARA SUS MASCOTAS

Buck que tenía una perspectiva de vida corta ahora puede esperar tener una vida normal como cualquier perro a pesar de su enfermedad, el megaesofago puede ser consecuencia de otras enfermedades, como la que aqueja a Daisy.

Daisy es una una perra de 10 años que sufre de miastenia grave, condición que la llevó a necesitar la silla alta para poder comer y tomar agua, señaló Today.

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