Doctores dicen a mujer que tiene 1 mes de vida, 8 años después está libre de cáncer y embarazada
Cuando contrajo matrimonio, los doctores le dieron un mes de vida a lo sumo. Ocho años después, está libre de cáncer y embarazada con su primer bebé. Todo gracias a increíbles y pioneros tratamientos médicos.
Con apenas semanas de vida por delante, Jo Kelly sabía que casarse con el hombre que adoraba sería su último regalo de amor. Ella y Pete Ames llevaban apenas seis meses de relación en ese entonces, pero ambos sabían que habían encontrado a su otra mitad.
Entonces, los doctores dijeron que se agotaban las opciones para tratar el cáncer de la sangre con el que Kelly llevaba tres años luchando, y que probablemente moriría en cuestión de meses. "Me dijeron que no habían más opciones de tratamiento. Los doctores sólo podían ofrecerme cuidado paliativo. Les pedí una fecha y me dijeron que era difícil que llegara a Navidad. Fue devastador, porque me perdería nuestro primer aniversario", dijo Kelly.
Semanas más tarde, mientras pintaban la alcoba de Jo, Pete reventó en llanto. "Me dijo que no quería que me fuera de este mundo sin ser su esposa", cuenta Jo. Planificaron una boda en apenas 8 semanas, y fue una emotiva ceremonia, con parientes y amigos.
Ocho años después, la familia Kelly-Ames está a punto de expandirse, pues Pete y Jo esperan su primera hija. Ambos tienen 33 años. Venciendo probabilidades casi insuperables, Jo venció su cáncer terminal luego de que los doctores lucharan por consiguerle medicinas experimentales que la mantuvieron viva lo suficiente como para recibir un trasplante de células madre.
La ONG dedicada al cáncer de sangre, Anthony Nolan, ayudó a Jo a encontrar al único donante registrado en todo el mundo que era compatible con ella.
Fuente: Pixabay
Ahora Jo y Pete, quien venció el cáncer testicular antes de conocerla, recibirán a su primera bebita a finales de febrero de 2019. "Nos sentimos tan afortunados al planificar para un futuro que pensamos que no tendríamos. Escribí una carta de agradecimiento a mi donador, pero no me ha respondido. Sölo sé que tiene 23 años y creo que el cabello oscuro. Cada vez que leo la carta, lloro", cuenta Kelly.
"Escribiremos cuando llegue nuestra hija. Le debemos todo, no estaría aquí si no fuera por él", agregó. Jo trabaja para el Concejo de Artes local, y fue diagnosticada de linfoma de Hodgkins a los 22 años, luego de notar un gran bulto que apareció en su cuello. La enfermedad suele curarse a través de quimioterapia intensa. Jo renunció a su trabajo y se mudó con sus padres para enfocarse en su tratamiento.
Pero nada funcionó. Por tres años, probó todos los tratamientos disponibles, sin suerte. "Cuando me diagnosticaron, sentí que era mercancía dañada. Llevaba un año de haberme graduado de la universidad, embarcándome en mi carrera y saliendo. Conocí a Pete por un amigo mutuo, que nos contó lo que el otro había atravesado", recuerda Jo.
Congeniaron instantáneamente. "Él entendía todo. Sabíamos que era algo especial. Pero nuestras esperanzas fueron destruídas cuando los doctores dijeron que se acabaron las opciones", continuó. Pete le pidió su mano en matrimonio, pintando "te amo" en 25 idiomas en las paredes. El día de la ceremonia, según sus doctores, le quedaría un mes de vida. "He ido a muchas bodas, pero nunca una con tanto amor. Todos se abrazaban", dijo Pete.
Fuente: Pixabay
Días antes de la boda, el hospital le dijo a Jo que sus doctores recibieron aprobación para suministrarle una nueva droga, Brentuximab Vedotin. Detuvo el cáncer en seco, de forma tan notoria que el Servicio Nacional de Salud (NHS) accedió a suministrarla a más pacientes, incluyendo a 10 que entraron en remisión y fueron salvados por trasplantes de células madre. Otra droga pionera, Bendamustine, hizo entrar en remisión el cáncer de Jo.
Entonces pudo recibir su trasplante. Un año antes, habían revisado el registro de donantes y no había nadie compatible. Pero para ese momento, había exactamente 1. Jo pasó un mes en el hospital en 2012, irradiada de quimioterapia para eliminar su cáncer, su médula ósea y sus células blancas, para que su cuerpo no fuese a rechazar el trasplante. 12 meses después, Jo volvió a trabajar, a hacer ciclismo, y hasta participó en la maratón de Londres.
Hace años que científicos y políticos debaten las legislaciones, implicaciones éticas y morales y los potenciales beneficios de los tratamientos de células madre. Grandes promesas fueron hechas al público sobre su potencial, y eventualmente, se silenció a los detractores a favor del progreso.
Ahora, tras décadas de debates teóricos, la ciencia médica finalmente puede mostrarnos los resultados de estas nuevas terapias y lo que pueden hacer por la humanidad. Un joven discapacitado y parapléjico fue tratado con células madre, y los resultados han sido todo un éxito. Es el primer caso en la historia.