Mujer con rara "enfermedad del suicida": "Ya no puedo abrazar a mi mamá"
La mujer fue ingresada en el hospital por una infección. Cuando le canalizaron una vena para inyectar medicamentos, ella sufrió otra infección. Desde entonces, su vida se vino abajo por un trastorno de dolor crónico que le ha hecho pensar en suicidarse.
Amy Pohl, ex maestra de primaria en Rugby, Warwickshire, de 25 años, fue diagnosticada con síndrome de dolor regional complejo (SDRC) en enero del año pasado.
Los médicos aún no encuentran la causa exacta de su afección. Sin embargo, sus padres afirman que sucedió después de tener una infección en la mano por una mala canalización de una vena.
SENTIR QUE TE APUÑALAN
"La única forma de describir el dolor en mi brazo es como si me apuñalaran cientos de fragmentos de vidrio en llamas", afirmó Pohl, quien intentó quitarse la vida el año pasado, debido a su condición.
La joven maestra estuvo en noviembre de 2017 en el Hospital Universitario de Coventry, donde fue diagnosticada con una infección que afecta la tráquea, las vías respiratorias y las cuerdas vocales.
Los antibióticos no lograron eliminar la infección y tuvo que ser reingresada al hospital. Sufrió una reacción casi fatal a los medicamentos y fue internada en cuidados intensivos.
Allí desarrolló una infección en su mano después de la canalización fallida de una vena. La familia de Pohl piensa que esa fue la razón de su CRPS y están hablando con un abogado especialista sobre la posibilidad de emprender acciones legales.
Su situación se agudizó en 2008 después de estar en una unidad de psicología. Ella regresó a su casa con 40 comprimidos y 12 dosis de morfina al día. Sin embargo, el dolor era tan insoportable que intentó suicidarse en octubre de ese mismo año.
FONDOS PARA TRATAMIENTO DE REHABILITACIÓN
Desde entonces, está ingresada en el hospital y su situación es tán difícil que ha pedido que se le ampute el brazo. No obstante, los médicos dicen que el dolor puede extenderse a otras zonas del cuerpo con esa solución.
En la actualidad, su familia busca reunir 100.000 libras esterlinas para que sea atendida en un centro de rehabilitación neurológico especializado. El 19 de abril, ella comentó en su cuenta de Facebook que por fin podrá iniciar el tratamiento gracias a las donaciones que ha recibido.
UN PERRO ES SU SOPORTE
A pesar de todo lo que ha soportado, lo único que mantiene a Pohl en marcha es a su perro húngaro Vizsla Bessler, que puede visitarla en el hospital.
“Cuando tengo malos flashbacks debido al trastorno de estrés postraumático, él me lame la cara y me ayuda a calmarme. No sé qué haría sin él.”
"La única forma de describir el dolor en mi brazo es como si me apuñalaran cientos de fragmentos de vidrio en llamas."
Al parecer, los perros son buenos aliados en este tipo de enfermedades. Un caso similar es el de Brittany Hawley, una joven de 25 años que sufre de dolor crónico y vio que su perro de servicio, Griffin, recibió un título honorífico por ayudarla a obtener su título de maestría.
Hawley tiene que lidiar con la ansiedad y la depresión a diario y posiblemente no podría haber manejado todo sin la ayuda de Griffin.