Niño conmueve al veterinario al explicar por qué la vida de los perros es tan corta

Un veterinario cuenta la historia de las emotivas palabras de un jovencito cuando llegó el momento de decirle adiós a su mejor amigo en este mundo, su perrito.

El día de doy, te traemos la conmovedora historia de un veterinario y el último adiós de un jovencito a su querido perro. El veterinario debía examinar al lebrés irlandés de 10 años de una familia, un perro llamado Belker. Los dueños del animal, Ron y su esposa Lisa, junto a su hijo Shane, eran muy apegados a Belker, y deseaban un milagro.

El hombre examinó a Belker y descubrió que estaba muriendo de cáncer. Le informó a la familia que no había nada que pudiese hacer por Belker, y ofreció practicarle una eutanasia en su hogar. Los padres pidieron que Shane, su hijo de 6 años, estuviera presente en el procedimiento, creyendo que podría aprender algo de la experiencia.

Al día siguiente, el veterinario sintió un nudo en la garganta a medida que la familia de Belker rodeaba al animal. Shane parecía muy calmado, acariciando al viejo perro por última vez, y parecía entender las implicaciones del momento. En cuestión de minutos, Belker pasó a mejor vida.

El pequeño parecía aceptar la transición de Belker sin dificultad ni confusión. Sentados juntos por un rato tras la muerte de Belker, el veterinario se preguntaba en voz alta por qué los animales tienen que vivir tan poco comparados con los humanos. Shane, que había estado escuchando en silencio, respondió: "yo sé la razón".

Sorprendidos, los adultos se voltearon para ver al pequeño. Lo que salió de su boca lo dejó asombrado. El veterinario jamás había escuchado una explicación tan reconfortante.

"La gente nace para que pueda aprender a vivir una buena vida, como amar a todos todo el tiempo y ser amable, ¿no?", dijo el niño de seis años. "Bueno, los perros ya saben cómo hacer esas cosas, así que no tienen que quedarse por mucho tiempo".

Y es que si un perro fuese nuestro maestro, aprenderíamos cosas como:

• Siempre correr a saludar a un ser querido al llegar a casa.
• Nunca rechazar una invitación a salir a pasear en coche.
• Dejar que la experiencia del aire fresco y el viento en tu rostro sea éxtasis puro.
• Tomar siestas.
• Estirarnos al despertar.
• Correr, saltar y jugar a diario.
• Disfrutar la atención y dejar que los demás te acaricien.
• Echarse sobre el césped en días cálidos.
• En días calientes, beber mucha agua y echarse bajo la sombra de un árbol.
• Bailar de felicidad y sacudir todo el esqueleto.
• Disfrutar del simple placer de una larga caminata.
• Ser leal.
• Jamás fingir ser algo que no eres.
• Si lo que quieres está enterrado, excava hasta que encontrarlo.
• Cuando alguien tenga un mal día, guarda silencio, siéntate cerca y acarícialos gentilmente.

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