Coronavirus: viajó a una residencia para ayudar a su abuela y se quedó después de su muerte
La pedagoga está enfocada en darle a los adultos mayores la relevancia que merecen en medio de la crisis sanitaria.
Siguiendo su fe y su amor por su abuela materna, el 26 de marzo Myriam Fimia Domínguez viajó desde Granada hasta Toledo para cuidar a Victoria en el hogar de ancianos Santa Casilda, donde se ha servido de apoyo para el personal y los residentes del geriátrico que se las ha visto muy duras con la crisis del COVID-19.
Anciana en silla de ruedas siendo acompañada. │Foto: Pixabay
RESPUESTA INMEDIATA
Cuando la orientadora educativa recibió un correo del centro de asistencia para notificarle la situación de su abuela, ella no dudó en acatar el llamado con la condición de quedarse a dormir con ellos para no contagiar el virus a su familia. Fue así como Myriam viajó 450 kilómetros por carretera para convertirse en voluntaria de la residencia dirigida por la organización religiosa "Hermanitas de los ancianos desamparados".
Tan pronto llegó a Toledo, la pedagoga de 43 años se hizo cargo de Victoria, quien cayó enferma el 27 de marzo y finalmente falleció el 4 de abril sin entender bien la situación. Hasta ahora, Myriam no está segura de si su abuela la reconoció debajo de todo el material protección, y tampoco sabe si la muerte fue causada por el coronavirus, pues nunca se le hizo una prueba.
UNA VOLUNTARIA DE ORO
Aunque en teoría Myriam no tenía más motivos para quedarse, la idea de volver a una realidad en la que siente que que no se le está prestando suficiente atención a los adultos mayores, la mantuvo apegada a sus principios, por lo cual decidió seguir ejerciciendo su labor de asistencia a pesar de la ausencia de su abuela.
"No entiendo cómo no se está poniendo en valor a las personas mayores. Tampoco me gusta cuando se echan la culpa unos políticos a otros (...) Los que tengan que gestionar, que gestionen; y lo que tengamos que quedarnos en casa, que apoyemos como podamos. Me siento más útil aquí", aseguró Fimia Domínguez.
Manos de una persona anciana. │Foto: Pixabay
EXTENDIÓ UN MENSAJE DE CALMA
Myriam aprovechó la oportunidad para transmitirle a los familiares de los residentes del centro que sus mayores están siendo muy bien atendidos, recibiendo todo el amor y el apoyo que requieren en un momento como este, tal y como lo vivió su abuela, cuya partida puso a llorar al equipo asistencial del geriátrico, donde se le está prenstando especial atención al bienestar emocional de los residentes.
Es por esto que la orientadora ha lanzado una iniciativa en las redes sociales invitando a crear videos cortos en los que se explique la importancia de mantener protegidos a los ancianos durante la pandemia.
Anciano siendo acompañado. │Foto: Pixabay
UN RETO DE AMOR
"Las uniremos y le daremos al mundo algunos motivos para recordar lo que parece que el miedo les está haciendo olvidar. Lo he llamado 'Reto in love con las personas mayores'", destacó Myriam e invitió enviar el material al correo electrónico de la casa hogar.
El caso de Myriam nos recuerda al doctor Tomás Piñero Portillo, quien también demostró su dedicación dejando todo para cuidar a su padre enfermo por COVID-19, y confinarse con él en una habitación para acompañarlo en lo que pensaban serían sus últimos días. Pero un giro del destino sorprendió a todos con una recuperación casi milagrosa.