Francisca Lachapel da detalles de su difícil juventud: “Pasaba los días muriéndome de hambre”
La vida de la presentadora de Despierta América no ha sido color rosa, Francisca ha tenido que luchar para surgir y lograr sus objetivos.
La conductora de televisión dejó República Dominicana, su país natal, para mudarse a Estados Unidos y perseguir su sueño de estar en el mundo del entretenimiento.
Lachapel partió de su hogar a los 20 años y cuando llegó a Nueva York tuvo que trabajar vendiendo ollas.
Para ello tocó de puerta en puerta, hasta encontrar un cliente que quisiera adquirir una olla y le pagaban una comisión por los productos vendidos.
Asegura que muchos ángeles se aparecieron en su camino y que la ayudaron en esa etapa tan difícil que estaba transitando.
Francisca recordó que hubo muchos días de incertidumbre pero siempre mantuvo su fe inquebrantable a pesar de las adversidades.
"Pasaba los días muriéndome de hambre, tocando puertas mientras vendía mis ollitas y nadie abría. Hasta que una persona abría la puerta y no sólo me compraba, sino que también me daba algo de comer", contó sobre su experiencia en la Gran Manzana.
Francisca que relató que una oportunidad se había quedado sin dinero y estaba lejos del lugar donde se hospedaba pero una persona la ayudó y la llevó hasta el sitio donde debía llegar sin cobrarle nada.
“Yo sí creo que Dios utiliza personas, que las usa como instrumentos para poderte salvar de alguna situación difícil, darte un consejo o lo que sea”, agregó.
Francisca ha publicado en su cuenta de Instagram imágenes de su infancia en República Dominicana.
En una de ellas escribió lo siguiente: “Hola, mi nombre es Francisca, tengo 13 años de edad y soy dominicana. Cuando yo sea grande quiero ser una actriz muy famosa y presentadora de televisión”.
Expresó que en ese momento muchas personas le decían que su sueño era imposible porque era una niña pobre, no la consideraban bonita y tenía unos kilos de más.
La conductora de televisión dijo que cuando alguien intenta convencerla de que no puede hacer algo, se siente triste pero que una u otra manera Dios siempre le dice que confíe en él y todas sus angustias se calman.
En otra imagen recordó su primera graduación y lo feliz que estaba ese día. Se graduó de técnico en computación y cada vez que cierra los ojos y revive ese momento se siente orgullosa de sí misma.
En la fotografía la acompañaban sus hermanos Ambiorix y Dailin quienes también estaban muy felices por el logro de su hermana.
Para su graduación lució un vestido azul que fue confeccionado entre una vecina costurera, su madre y ella.
Asegura que ese día se sintió como una princesa de Disney y como parte de la realeza sin saber que años más tarde se convertiría en una verdadera reina de belleza.