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La muerte de George Floyd: la autopsia revela que tenía COVID-19, pero murió de asfixia
En el documento, que fue publicado recientemente con el permiso de la familia de Floyd, se pudo conocer que el hombre que murió tras ser detenido por la policía, tenía COVID-19.
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La oficina del examinador médico del Condado de Hennepin publicó los resultados completos de la autopsia de George Floyd, quien falleció el pasado 25 de mayo.
Los mismos salieron a la luz luego de que Benjamin Crump, abogado de la familia de George, diese a conocer los hallazgos de una autopsia particular que diferían del informe preliminar hecho por el médico forense de Minneapolis, en el que no se encontró evidencia de asfixia o estrangulamiento.
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En el estudio definitivo se dieron a conocer nuevos detalles clínicos, como que Floyd dio positivo por COVID-19 a principios de abril, no obstante esto no se consideró como un factor que influyó en su muerte.
“Dado que la positividad para COVID-19 puede persistir durante semanas después de la aparición y resolución de la enfermedad clínica, el resultado de la autopsia refleja muy probablemente una positividad asintomática pero persistente de la infección anterior”, expresa el documento firmado por el Dr. Andrew Baker.
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Al momento de su detención George Floyd fue inmovilizado en el suelo por el oficial Derek Chauvin, quien presionó su rodilla contra el cuello del sujeto por varios minutos.
En el proceso, Floyd indicó varias veces que no podía respirar antes de perder la conciencia. Por esta razón, se consideró la posibilidad de que el virus encontrado en su cuerpo hubiese influido de alguna manera en su muerte.
Una de las características de la COVID -19 es que causa lesiones en los pulmones que generan problemas respiratorios. No obstante, esto ocurre principalmente en pacientes que presentan complicaciones por la enfermedad y no en pacientes asintomáticos como George.
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Uno de los puntos más relevantes del informe es que determinó que el deceso del ciudadano estadounidense fue un homicidio.
La causa de la muerte se debió a una “parada cardiopulmonar cuando estaba siendo detenido por los agentes de la ley” como consecuencia de la “la sumisión, la restricción y la compresión del cuello” de la víctima.
Asimismo, se conoció que George sufría de enfermedad cardíaca arteriosclerótica e hipertensiva, y se reveló el hallazgo de fentanilo y metanfetamina en su cuerpo.
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