Pareja evitó el COVID viviendo en isla remota durante 2020, sin electricidad, gas ni agua corriente

El matrimonio, que originalmente vivía en Leed, logró evadir la situación de pandemia por el COVID-19 tras mudarse a la isla a principios de marzo.

Luke y Sarah Flanagan decidieron vivir en una pequeña isla ubicada frente a la costa de Donegal en Irlanda durante un año, después de ver que fue promocionada en línea.

La pareja es la primera en hacer esto desde 1974, pues el lugar ha tenido varios residentes de verano, pero ninguno se había quedado durante todo el año y la época de invierno.

SE MUDARON ANTES DEL CONFINAMIENTO

Desde marzo de 2020, han vivido sin electricidad, sin gas y sin agua corriente, pero lo más importante, sin COVID-19. Según informó Yorkshire Evening Post, están “absolutamente encantados” del tiempo que han pasado en la isla.

A finales del pasado mes de diciembre, Sarah, de 36 años, contó al medio de comunicación que estaban impactados por la situación de la pandemia, de la cual se enteraron cuando habló con su madre que se encontraba en Leeds.

La mujer señaló que llegaron a la isla aproximadamente el 14 de marzo del año pasado, unos días antes de que se estableciera el confinamiento, y han estado ajenos a toda la situación relacionada con la enfermedad.

SE PREPARARON DURANTE EL VERANO

Viven en una pequeña cabaña y usan carbón que almacenaron durante el verano para alimentar el fuego. También usan un tanque para recolectar el agua de lluvia, cocinan con grandes botellas de gas que también abastecieron en los meses de verano.

Además, tienen paneles solares que conectaron a la batería de su automóvil para cargarla durante el día, y luego cargar sus teléfonos.

El matrimonio, que vivió en Roundhay en Leeds antes de mudarse a Escocia durante dos años, se baña y lavan la ropa hirviendo agua en la tetera. Sarah agregó que acceden a internet a través de conexión 4G, puesto que en el lugar no hay WiFi.

Sarah y Luke también aprovecharon el verano del año pasado para abastecerse de comida para pasar la época de invierno, y para hacerlo adquirieron un bote.

CULTIVARON SU PROPIA COMIDA

Navegaban unos 1.207 kilómetros en mar abierto hasta llegar a la costa más cercana del continente, cuando hacía buen tiempo. También pescaron mucho, compraron pavos, gallinas ponedoras y cultivaron sus propias verduras.

Luke, de 34 años, trabaja por su cuenta, por lo que pudo tomarse un tiempo para estar en la isla, y Sarah acababa de finalizar un trabajo.

“Queríamos ver si podíamos lograrlo y, de hecho, nos las arreglamos para permanecer ajenos a todo lo que ha sucedido con el COVID, así que no podríamos haberlo cronometrado mejor”, dijo Sarah al Yorkshire Evening Post.