Tribunal obliga a un hombre a pagar a su expareja 60.000 euros por su trabajo doméstico
Finalmente se le da un reconocimiento monetario al trabajo doméstico que tantas mujeres asumen como su responsabilidad absoluta durante sus matrimonios.
El empeño y la voluntad de una mujer por hacer valer su derecho a recibir una compensación económica por el trabajo doméstico que realizó por años, dio sus frutos.
El Tribunal Superior de Justicia de Portugal exigió a la pareja de la demandante pagarle una indemnización, por haber tenido la responsabilidad de realizar todos los trabajos domésticos durante las tres décadas que vivieron juntos.
Mujer cargando una pila de ropa para planchar. | Foto: Shutterstock
“El trabajo doméstico, aunque invisible para muchos, obviamente tiene un valor económico y se traduce en enriquecimiento y ahorro de gastos”, dice parte de la sentencia, según recoge La voz de Galicia.
UN VERDADERO TRABAJO
A lo largo de muchas generaciones, el trabajo doméstico y el cuidado de los niños ha sido considerado una obligación natural de la mujer. Eso no ha cambiado ni siquiera desde que las mujeres comenzaron a tener carreras y empleos fuera de casa.
Sin embargo, esta mujer decidió que el trabajo que había realizado durante los 30 años que duró su relación con su pareja debían ser reconocidos monetariamente y demandó a su excompañero sentimental por 240 mil euros.
El Tribunal de Barceló en primera instancia descartó su petición, argumentando que el trabajo que había realizado en el hogar había sido espontáneo y que satisfacía una obligación que es natural de la mujer.
Lejos de conformarse con este dictamen, la mujer, cuyo nombre no ha sido revelado, introdujo una apelación en el Tribunal de Lisboa. En este, el juez consideró que su petición era razonable, y emitió una sentencia que obliga a la pareja a pagar 60.782 euros.
Mujer agotada por las tareas del hogar. | Foto: Shutterstock
Esta cifra, significativamente menor a la solicitada, corresponde a un pago de unos 5 euros por cada uno de los días en que la mujer trabajó en el hogar que compartieron.
Aun así, reconoce el hecho de que no era su obligación natural hacerlo y que su pareja ahorró mucho dinero al no tener que contratar estos servicios.
TRIBUNAL SUPREMO
Quien fuera su pareja por tres décadas no estuvo para nada conforme con esa resolución, por lo que introdujo un recurso ante el Tribunal Supremo de Justicia de Portugal. El STJ ratificó el pasado 14 de enero la decisión de Lisboa.
“No es posible considerar que la prestación del trabajo doméstico y de los cuidados personales, acompañamiento y educación de los hijos corresponden a una obligación natural y al cumplimiento de un deber”, dice el dictamen del tribunal, según reporta ABC.