La historia del sueño de Maritza y Maribel: una mamá ciega y su hija albina como ella
Maritza es una joven boliviana, ciega y de bajos recursos. Con su hijita de cuatro años luchó contra el abandono y las carencias, pero ahora pudo hacer realidad su sueño: tener su propia casa.
Madre e hija tienen albinismo, una condición que afecta la producción de melanina en el cuerpo. Por este motivo, ambas tienen la piel y el cabello muy blancos.
"Yo llamaba igual la atención en mi pueblo, pero me daba vergüenza porque me decían que parecía una abuelita por mi pelo blanco", recuerda la joven, "por eso me tapaba hasta la cabeza y no quería salir ni a la calle".
Su madre insistía en resaltar su belleza, y en decirle que no tenía nada de qué avergonzarse. Sin embargo, hoy en día, Maritza prefiere teñirse el cabello de negro.
La melanina, además de pigmentar la piel, el cabello y los ojos, protege de los estragos que puede causar la luz solar. Sin la información sobre los cuidados adecuados para alguien como ella, Maritza llegó a los 15 años prácticamente ciega.
Sus padres la enviaron desde su Villa Macamaca natal a La Paz, donde aprendió a leer en sistema Braille y a valerse por sí misma. Allí conoció al padre de su hija, y a los 18 años dio a luz a Maribel, que nació albina como ella.
Su pareja, sin embargo, pasó a agredirla, y ella tuvo que dejar la casa en la que vivía con su hijita. Se convirtió en vendedora ambulante para poder sobrevivir, y pasaron a habitar un quiosco de metal con piso de tierra.
"Esta pobre Maritza sufre mucho; nosotros la conocemos desde que llevaba a la Maribel en brazos, bien pequeñita”, contó una de las tantas vecinas conmovidas por la historia de lucha de esta mamá. “Por todas partes iba vendiendo, era ambulante, pero siempre con su guagüita, nunca se separa de ella; en ese quiosco vivían las dos”.
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Con la ayuda de una mujer que la vio en esas condiciones, consiguió un cuarto económico de alquiler en el que vivir con su hijita. Pero de todas maneras la vida era muy difícil para ellas.
Cuando se conoció su historia y su sueño en los medios, todo empezó a cambiar. Muchas personas comenzaron a ayudarla, e incluso intervinieron las autoridades gubernamentales.
Ahora, el gobierno de Bolivia cumplió el sueño de Maritza y su hijita: les otorgó un apartamento por medio de un plan de vivienda social. El futuro luce más prometedor para esta joven ciega y su hijita Maribel.
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