Niña desaparece del avión durante el vuelo y la pobre mamá lucha por conseguir ayuda - Historia del día
Cuando una mujer dijo que su hija desapareció misteriosamente en medio de un vuelo, los pasajeros comenzaron a burlarse de ella, diciendo que se había vuelto loca. Pero al final, siempre tuvo la razón.
"¡Ayuda, por favor! No encuentro a mi hija", gritó Sofía. "Me distraje por un momento cambiando el pañal de mi bebé, y cuando me di la vuelta, ¡había desaparecido!"
"Por favor, cálmese, señora"; me dijo una azafata. "Si ella abordó el vuelo, estará por aquí en algún lado. ¿Puede decirme cómo luce?".
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"¿Es en serio?", dijo uno de los pasajeros. "¡Vimos a esta mujer con un solo niño! ¡No pierda su tiempo! ¡Esta mujer está mintiendo!"
"No, no estoy mintiendo. Éramos tres. ¡La azafata nos vio!", dijo Sofía, saliéndose de sus casillas.
"Bueno, hay muchos niños en el avión, señora. Así que no recuerdo si vi a su hija", dijo la azafata. "Pero haré todo lo posible por ayudarla a encontrar a su hija".
Los pasajeros siguieron insistiendo en que la hija de Sofía nunca estuvo a bordo. Pero la azafata de todas formas decidió examinar el avión entero sistemáticamente.
Revisó los baños, el espacio de la tripulación, la cocina del avión, la cabina del piloto, y hasta el carrito de la comida, pensando que la niña podría haberse escondido adentro. Pero la hija de Sofía no estaba en ningún lado.
La azafata volvió al asiento de Sofía, luciendo muy decepcionada. "Señora, lamento decirle que revisé todos los rincones del avión, pero no vi a su hija en ninguna parte. Y solo la recuerdo a usted y a su bebé".
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En ese momento, todos comenzaron a mirar a Sofía y burlarse de ella. "¡Yo sabía que estaba mintiendo! ¡Yo no vi a ninguna niña acompañándola!", gritó un pasajero.
"Es cierto. Yo incluso la vi tomando unas pastillas"; dijo una mujer. "¡Ay Dios! ¿Está drogada? ¿Cómo puede la seguridad aeroportuaria ser tan irresponsable y dejar entrar a gente así?", dijo un tercero.
"¡No, no es nada de eso! Por favor, ayúdenme", dijo Sofía, intentando explicarse. "Solo tomé un sedante porque me da miedo volar".
"¡Ay, por favor!", gritó otro hombre. "¿Pueden dejar los gritos? Tengo una reunión importante mañana, Dios mío, necesito dormir".
Sofía no sabía qué hacer. Nadie quería creerle, y todos decían que estaba mintiendo. Hasta la azafata estaba comenzando a dudar de ella. "¿Está segura de que solo se tomó una pastilla, señora?"
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"¡Sí!", respondió Sofía. "Estaba con mi hija. Puede revisar el boleto de abordaje". La azafata revisó la computadora para verificar si la hija de Sofía había abordado el vuelo ese día. Pudo comprobar que sí lo había hecho. "Sí, estaba con su hija", anunció.
En este momento, los pasajeros estaban muy confundidos. "Pero entonces ¿dónde está la niña? ¿La secuestraron?", preguntó un hombre.
"Eso es imposible, señor. ¡Estamos en pleno vuelo! ¿A dónde podrían habérsela llevado?", dijo la azafata.
"Realmente no es imposible", dijo Sofía. "Tenemos que revisar el equipaje de todo el mundo, especialmente las valijas grandes".
Al escuchar sus palabras, los pasajeros comenzaron a quejarse. "No voy a dejar que toques mis cosas. ¡Tengo joyas valiosas ahí!", dijo un hombre.
"Señor, podemos ver que en su valija no cabría una niña. Solo revisaremos las valijas grandes, por favor, cooperen", dijo la azafata.
"¿Por qué deberíamos cooperar?", preguntó la mujer que acusó a Sofía de estar drogada. "Ella perdió a su hija, es su culpa, no la nuestra. Ella es una mala madre, ¿y nosotros tenemos que pagarlo?"
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"Estoy de acuerdo. Deberían quitarle la custodia de sus hijos", dijo el hombre que se había quejado de primero.
A pesar de las objeciones, la azafata insistió en revisar el equipaje y las valijas grandes de todos los pasajeros. Tristemente, la hija de Sofía no estaba en ningún lado.
En este punto, el vuelo estaba a 10 minutos de llegar a tierra. El piloto había activado la señal de ponerse los cinturones de seguridad, y había anunciado que todos los pasajeros debían volver a sus asientos.
Desesperada y exhausta, Sofía colapsó en el piso antes de llegar a su asiento. Pero al abrir los ojos, vio algo que era evidencia de la presencia de su hija en el avión.
El bebé de Sofía estaba jugando con algo brillante en el suelo cerca de ella. Sofía notó que se trataba de cuentas del collar de su hija.
Revisó el piso y encontró varias otras cuentas que formaban un rastro que iba en dirección a un compartimiento de equipaje. "¡Abra esta puerta ahora mismo!", gritó Sofía. "Pero no tengo acceso a ese cuarto. Solo el piloto tiene la llave. ¡Su hija no puede estar ahí!".
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"¡Solo ábrala!", dijo Sofía. "El vuelo está a punto de aterrizar. Mi hija podría quedarse atrapada si no revisamos, o el criminal podría escapar".
"Pero...". Antes de que la azafata pudiese completar la oración, dos pasajeros se pusieron de pie gritando. "¡Hay muchas cosas valiosas ahí! No queremos cooperar con esta búsqueda".
"¡Estoy de acuerdo! Es una violación del protocolo de seguridad. ¿Quién es ella para darnos órdenes?", dijo la otra pasajera.
"¡Por favor, no les haga caso!", rogó Sofía a la azafata. "¡Siento que mi hija está ahí adentro!"
La azafata se sintió mal por Sofía y decidió ayudarla. Buscó la llave del piloto y abrió la puerta Había mucho cargamento, pero ninguna niña. Estaban a punto de salir cuando Sofía notó una mano detrás de una gran caja.
Corrió en esa dirección y vio a su hija inconsciente detrás de la caja. "¡Mi amor! ¡Despierta! ¿Estás bien?", preguntó Sofía, quien no podía parar de llorar. "¿Me escuchas, mi cielo?".
La azafata estaba estupefacta. "¡Ni siquiera yo tengo acceso a este cuarto! ¿Cómo puede tu hija haber estado aquí?"
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La niña poco a poco comenzó a abrir los ojos e incorporarse. "Estoy bien, mamá. Ellos me trajeron aquí. Menos mal que viniste".
"¿Quién, mi amor? ¿Qué estás tratando de decir?", preguntó Sofía.
La niña explicó todo lo que sucedió. Estaba jugando en el pasillo del avión cuando vio a dos pasajeros hurtar un collar de gemas preciosas del equipaje de otro pasajero.
Notaron que la hija de Sofía los había visto. Cuando el piloto abrió el cuarto de carga para guardar equipaje de pasajeros de una conexión, decidieron encerrar a la niña adentro. Aprovecharon que Sofía estaba distraída cuidando al bebé.
Al salir del compartimiento, la pequeña señaló a los culpables. Eran el hombre que insistía en que ella había abordado sin su hija, y la mujer que la acusaba de estar drogada.
Cuando los pasajeros comenzaron a bajar del avión, agentes de seguridad del aeropuerto y oficiales de policía estaban esperando a la pareja de criminales.
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¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Si haces mal a los demás, serás castigado tarde o temprano. Los ladrones pensaron que se saldrían con la suya fácilmente y nadie sabría lo que hicieron, pero el karma los vapuleó.
- No llegues a conclusiones ni juzgues a los demás de forma acelerada. Ninguno de los pasajeros le creyó a Sofía, y le creyeron a los extraños que la estaban acusando. La descartaron como si fuese una loca sin comprobar lo que estaba diciendo.
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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.