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Una habitación desordenada | Foto: Shutterstock
Una habitación desordenada | Foto: Shutterstock

Mamá entra al cuarto de hijo en la madrugada: se asusta al no verlo por ninguna parte - Historia del día

Mayra Pérez
24 ene 2022
14:50

Una madre sintió verdadero pánico cuando entró en la habitación de su hijo de 8 años por la noche y descubrió que había desaparecido sin dejar rastro. Horas después, aprendió una valiosa lección.

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“¡Mamá, mamá!”, dijo Anthony en tono insistente, mientras tomaba asiento en la mesa del comedor. “¿Podemos ir al parque de diversiones este fin de semana? La semana pasada, Paulo y sus padres fueron allí, ¡y fue muy divertido!”.

“¿En serio, cariño?”, preguntó con indiferencia Lydia, su madre, mientras ponía dos panqueques en su plato y un vaso de leche en la mesa.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

“¡Sí, mamá! ¿Y sabes qué…?”, comenzó a contar Anthony, cuando su padre, Jacobo, lo interrumpió.

“¡Cállate, Anthony! Llegarás tarde a la escuela si sigues hablando. Sabes que tu mamá y yo también tenemos que irnos al trabajo. Así que date prisa y desayuna”.

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“Pero papá…”

“Nada, Anthony”, interrumpió su padre. “Termina tu desayuno rápido”.

Anthony quedó en silencio. Tomó un tenedor y comenzó a comer. Antes de terminar, llegó su autobús escolar. “¡Tu autobús ha llegado y no has terminado el desayuno! ¿Cuántas veces te he dicho que te levantes a tiempo?”.

“Me levanté a tiempo, mamá”, aclaró el niño, mientras recogía su bolso, pero se quedó en silencio cuando vio que su padre lo miraba con severidad.

“Cruza la calle con cuidado, hijo”, le aconsejó su madre, ayudándolo con su bolso. “¡Nos vemos pronto! Y sé un buen chico en la escuela, ¿de acuerdo?”.

Anthony asintió y salió de la casa sin decir nada. Estaba decepcionado de que sus padres lo hubieran ignorado nuevamente.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Lydia y Jacobo adoraban a Anthony, pero siempre estaban ocupados y no podían dedicarle suficiente tiempo y atención. El niño a menudo se molestaba por eso, pero sus padres estaban demasiado preocupados para darse cuenta.

Cuando el niño regresaba de la escuela, su almuerzo estaba preparado y guardado en el refrigerador, y él era responsable de calentarlo. Después de comer, descansaba un rato, luego iba a las casas de sus amigos y jugaba con ellos.

Cuando Lydia y Jacob regresaban del trabajo por la noche, Anthony estaba ocupado con sus deberes. Su padre a menudo veía la televisión y su madre iba directamente a la cocina para comenzar a preparar la cena. Después, todos se iban a la cama.

Anthony pedía con frecuencia que sus padres le leyeran cuentos antes de dormir o jugaran a las cartas con él después de la cena, pero su respuesta usual era: “Cariño, hoy estamos muy cansados. Lo haremos otro día”.

¡Ya había tenido suficiente de esta rutina! Sus padres nunca le prestaban suficiente atención. Y ahora estaban planeando mudarse a un nuevo vecindario porque la oficina de Jacobo estaba demasiado lejos de su residencia actual.

Por lo tanto, los fines de semana estaban ocupados buscando un nuevo hogar, y Anthony la pasaba solo en casa o visitando a uno de sus amigos.

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Una noche, Lydia se despertó abruptamente y fue a la cocina a buscar agua cuando notó un rayo de luz que venía de la habitación de su hijo. Miró el reloj de pared y vio que era alrededor de la 1:30 a. m.

“¿Por qué Anthony está despierto tan tarde?”, se preguntó, y subió las escaleras a su habitación. La puerta estaba ligeramente entreabierta, y cuando la abrió, quedó totalmente sorprendida.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

¡Toda la habitación era un completo desastre! La ropa de Anthony estaba esparcida por el suelo, su cama y su silla de estudio, ¡y él no se encontraba por ninguna parte!

“Anthony, ¿estás ahí?”, preguntó, llamando a la puerta del baño, pero no hubo respuesta. Entró y descubrió que estaba vacío.

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El corazón de Lydia se aceleró mientras buscaba debajo de la cama y en el armario. ¡El chico no estaba! Corrió a su habitación, sollozando incontrolablemente, y despertó a su esposo. “¡Jacobo, despierta! ¡Anthony no está en casa!”.

“¿Qué?”, exclamó Jacob, sorprendido. “¿Revisaste las otras habitaciones? ¿Qué hay del patio trasero?”.

“No busqué allí”, murmuró Lydia, mientras corría hacia el patio trasero, pero Anthony tampoco estaba allí. Casi se derrumba en este punto: “¡Jacobo, debes encontrar a nuestro hijo! ¿Qué le pasó a mi pequeño? ¡Su habitación está hecha un desastre! ¿Alguien lo secuestró?”.

“Cálmate”, dijo, pero su corazón se estaba hundiendo al pensar que su pequeño había desaparecido. “Está bien, hagamos una cosa”, dijo Jacobo, tratando de mantener la calma. “Preguntemos a nuestros vecinos. Quizás lo vieron salir ¿Qué opinas?”.

“Sí, sí, hagamos eso”, dijo Lydia temblorosa.

Luego, los dos recorrieron su vecindario y preguntaron si alguien había visto al niño. Desafortunadamente, como era tarde, algunos de ellos no respondieron a sus puertas, y los que respondieron no sabían nada.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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El angustiado padre estaba a punto de llamar a la policía en ese momento cuando Marco, que vivía enfrente de ellos, lo llamó por teléfono.

“Oye, vecino, me disculpo por llamarte tarde en la noche, pero tienes que venir aquí de inmediato. Tengo algo que quiero mostrarte”.

“Mira, Marco, lo siento, pero estamos muy ocupados en este momento. Anthony... no podemos encontrarlo”.

“Se trata de Anthony. Él está aquí”.

“¿Qué? Por favor mantenlo ahí. ¡Ya vamos!” Jacobo corrió a la casa del vecino. Marco los estaba esperando en la puerta de su casa, y los llevó a un cobertizo en la parte trasera, donde encontraron a Anthony durmiendo con el gato del vecino.

“Regresé a casa hace como 5 minutos, y cuando vine a buscar algo en el patio trasero, lo vi”.

“Anthony, cariño, por favor despierta”, llamó su madre, mientras lo abrazaba.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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El niño se despertó y comenzó a frotarse los ojos. “¡Mamá, papá, llegaron! ¡Estoy tan feliz!”.

“¿Cómo llegaste aquí, tan tarde en la noche?”, preguntó su padre, preocupado.

“Me estaba escondiendo aquí, papá”, dijo el niño. “Tú y mamá siempre están ocupados, así que decidí esconderme para ver si venían a buscarme. Vi un programa donde un niño jugaba al escondite y solo su mejor amigo podía encontrarlo porque lo amaba”.

“Así que pensé que si tú y mamá me amaban, también me encontrarían. Mamá no me deseó buenas noches después de la cena, así que sabía que vendría a mi habitación. Salí antes de eso por la puerta trasera. Estaba jugando con el gato, y luego me quedé dormido”.

“¿Estás loco, Anthony? ¿Sabes siquiera…?”, comenzó a decir su padre, pero Lydia lo detuvo.

“Cálmate, Jacobo. ¡Ahora no!”, ella le susurró, recordando que esa noche había olvidado darle las buenas noches.

“Anthony, lo que hiciste no estuvo bien, cariño”, dijo suavemente. “Papá y yo estábamos muy asustados. Te amamos, cariño. No necesitabas hacer todo esto. No lo volverás a hacer, ¿lo prometes?”.

“¡Está bien mamá!”, dijo el niño con una sonrisa y la abrazó. “Gracias por venir. Tenía miedo de que tú y papá estuvieran ocupados y no me extrañaran”.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

“Cariño, nunca vuelvas a pensar así. Te amamos y, de ahora en adelante, te daremos suficiente tiempo”, dijo su madre, mientras lo abrazaba. Ese día le enseñó a estos padres el valor de dedicar tiempo y atención a su hijo.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • La crianza requiere mucha dedicación y esfuerzo. Lydia y Jacobo siempre estaban ocupados y no le prestaban suficiente atención a su hijo. Podrían haberlo perdido, aunque por fortuna lo encontraron sano y salvo.
  • A veces, aprendemos lecciones de las acciones más insospechadas. Aunque el hecho de que Anthony se escondiera de sus padres estuvo mal, fue un punto de inflexión para ellos, quienes cambiaron a partir de ahí.
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Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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