Mujer consigue trabajo limpiando la casa de una señora millonaria y ve una foto suya de bebé allí - Historia del día
Una joven acepta un trabajo como personal de servicio para una mujer ciega, luego ve una foto suya de cuando era bebé en la casa de su empleador.
Era solo un día normal. Leanny llegó a casa de la escuela y dejó caer su bolso. La estudiante de último año de secundaria gritó: "¡Mamá!", pero no hubo respuesta. La chica frunció el ceño. Su madre debería haber estado en casa hace horas.
Entonces la joven entró en la sala de estar y encontró a su madre tirada en el suelo, inconsciente. Cuando se arrodilló a su lado y tomó su teléfono para llamar al 911, Leanny supo que sus días sin preocupaciones habían terminado.
La madre de la chica tuvo un derrame cerebral y eso la dejó con severas limitaciones. No solo no podía trabajar, sino que los tratamientos médicos que necesitaba ahora también ejercerían presión sobre los recursos de la familia.
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El padre de Leanny había muerto unos años antes, y las dos mujeres se quedaron solas. Lea tenía ahora 18 años y era mayor de edad, por lo que decidió renunciar a su sueño de ir a la universidad para ayudar a su madre.
Pero los trabajos no eran exactamente abundantes en su pequeña ciudad, por lo que aceptó un trabajo como personal de limpieza para la Sra. Bermúdez, una mujer rica de su ciudad.
La Sra. Bermúdez era una celebridad local, nacida en una de las familias más ricas del estado y conocida por su excentricidad. Lamentablemente, había perdido la vista en un accidente automovilístico y se sabía que tenía mal genio.
“Cueste lo que cueste”, pensó Leanny. El salario era excelente y el paquete incluía un seguro médico que beneficiaba a su madre. ¡Ella no tenía miedo del trabajo duro y podía manejar un poco el mal genio de su empleadora!
Su primer encuentro con la Sra. Bermúdez la animó. La mujer mayor estaba sentada en su salón tomando una taza de té y cuando entró Leanny ladeó la cabeza. "¿Quién está ahí?", preguntó la millonaria.
"Buenos días, Sra. Bermúdez, soy Leanny. La nueva chica de limpieza, su ama de llaves, la señorita Teresa me entrevistó".
La señora Bermúdez volteó hacia Lea. "Sí, ella me lo dijo", comunicó. "Tienes una voz agradable. ¿Cuántos años tienes?".
"Tengo 18 años, señora", respondió ella.
La señora Bermúdez suspiró. "Mi nieta tendría 18 años ahora..."
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"¿Tendría?", preguntó Lea. "¿Ella falleció, señora?".
Las manos de la señora Bermúdez comenzaron a temblar y su taza de té cayó al suelo y se hizo añicos. Lea corrió para recoger los pedazos. "Está bien, señora", dijo en voz baja. "Limpiaré y le traeré otra taza".
A partir de ese momento, Lea le llevaba el té a la señora Bermúdez y las dos charlaban brevemente sobre cualquier tema o acerca de los dos gatos de la invidente. Lea sintió pena por su empleadora. Por su tristeza y su soledad.
Estaba segura de que la ciega estaba de luto por una tragedia, pero nunca imaginó que la afectaría. Unas semanas después de empezar a trabajar para la señora Bermúdez, la mujer se encerró en su habitación.
La Sra. Teresa le dijo a Lea que se mantuviera alejada. "Es el aniversario de la muerte de su hija y ella siempre se encierra".
"No sabía que su hija había muerto", exclamó Lea. "¡Pensé que era la nieta!".
La Sra. Teresa sacudió la cabeza con tristeza. "No, Darlene, la hija de la Sra. Bermúdez, se metió en problemas por culpa del alcohol y las drogas… y quedó embarazada. Cuando la señora Bermúdez encontró a Darlene, la niña ya no estaba”.
“La había dado en adopción cuando descubrió que tenía SIDA. La señora Bermúdez se quedó al lado de su hija, pero nunca encontró a su nieta. Lo único que le quedó de ella es una foto de cuando la niña tenía dos años. Fue tomada poco antes de que su mamá muriera y de que la diera en adopción”.
"¡Pobre mujer!", dijo Leanny y volvió a su trabajo, pero no podía dejar de pensar en la señora Bermúdez y su tristeza. Más tarde esa noche, le contó la historia a su madre. "Su nieta fue dada en adopción, igual que yo, ¡pero tal vez no haya tenido tanta suerte como yo la tuve!".
La mamá de Lea abrazó a su hija. "¡Cariño, soy yo quien tuvo la suerte de tenerte como hija!". Leanny le devolvió el abrazo a su madre. ¡Vale la pena todo el trabajo duro para ayudar a su mamá!
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Al día siguiente, Leanny estaba limpiando la planta baja cuando escuchó un ruido en el piso de arriba en la habitación de la Sra. Bermúdez. Llamó a la Sra. Teresa, pero no hubo respuesta. Entonces decidió tocar la puerta de la habitación de la millonaria.
Escuchó a la mujer ciega sollozar adentro, así que entró y la vio arrodillada en el suelo tratando de levantar un marco de fotos que se había caído. Ayudó a la señora Bermúdez a volver a sentarse en su silla y luego se arrodilló para recoger el portarretrato.
Cuando vio la foto en el bonito marco plateado, se quedó atónita. En la instantánea aparecía una linda niña con sus rizos en una cola de caballo. "¡Esa soy yo!", dijo con la respiración acelerada. "¿De dónde ha sacado esto?".
"¿Tú?", preguntó la señora Bermúdez. "¿Qué quieres decir con que eres tú?".
"Es una foto mía", dijo Lea. "Soy yo... ¡Hasta el pequeño lunar que tengo en la barbilla!".
La mujer ciega se estiró y colocó sus manos sobre el rostro de Lea. "No puede ser…" susurró ella. "Tú... ¿eres adoptada?”.
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"Sí, lo soy", susurró Lea. "Mi mamá y mi papá me adoptaron cuando tenía dos años..."
La señora Bermúdez se aferró a Leanny mientras lloraba. "¡Oh, dulce bebé! ¡Dios te envió a mí!".
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Lea estaba sorprendida y asustada, y sobre todo no quería molestar a la Sra. Bermúdez. Le trajo un poco de té de manzanilla a su empleadora y sostuvo su mano hasta que se durmió. Esa noche, le contó a su madre toda la historia. "Creo que es mi abuela", dijo. "Quizás..."
Al día siguiente, la Sra. Bermúdez le pidió a Lea que aceptara una prueba de ADN para confirmar su identidad. Ella estuvo de acuerdo y cuando llegaron los resultados, la millonaria le pidió a la joven y a su mamá que se mudaran con ella.
"Mi dinero es tu dinero", le dijo la señora Bermúdez a Leanny. "Lo que tu madre necesite lo pagaré, ¡pero tú irás a la universidad!".
Lea y su madre fueron mimadas y amadas por una mujer que había renunciado al sueño de tener una familia.
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Las coincidencias más extrañas a veces conducen a un milagro: Leanny terminó trabajando para su abuela, quien la había estado buscando durante 16 años.
- La familia se construye sobre el amor y la devoción: Leanny y su madre se convirtieron en la familia de la Sra. Bermúdez y la amaban por su amabilidad.
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