Mujer oye que alguien llama a su puerta. Ve a un extraño que le pregunta: "¿Tienes una vagina?"

Era un día normal y esta mujer se encontraba en su casa haciendo algunos quehaceres como de costumbre, cuando de repente escuchó que alguien llamó a la puerta.

Entonces ella decidió acercarse para averiguar de quién se trataba. Abrió a la puerta y ve a un hombre parado allí.

Él le pregunta a la señora sin vergüenza alguna:

"¿Tienes una vagina?".

Como era de esperarse, a la dama no le gustó la pregunta y le cerró la puerta con disgusto. No obstante, a la mañana siguiente, oye un golpe en la puerta. Se trataba del mismo hombre y tenía la misma pregunta que hacerle a la mujer:

"¿Tienes una vagina?", replica el hombre una vez más. Pero, ella cierra la puerta de golpe otra vez.

Más tarde esa noche, cuando su esposo llega a casa del trabajo, ella le cuenta lo que ha estado sucediendo durante los últimos dos días.

El marido le dice a su esposa con una voz cariñosa y preocupada:

"Cariño, me voy a tomar un descanso mañana para estar en casa, solo en caso de que este tipo vuelva a aparecer".

A la mañana siguiente oyen un golpe en la puerta y ambos corren para abrir.

El marido le susurra a la esposa: "Cariño, voy a esconderme detrás de la puerta y escuchar, y si es el mismo tipo, quiero que respondas sí a la pregunta porque quiero ver a dónde va con esto".

Ella asiente con la cabeza a su esposo y abre la puerta. Efectivamente, el mismo tipo está parado allí, y le vuelve a preguntar: "¿Tienes una vagina?". Y ella le responde: "Sí, sí tengo”.

El hombre entonces le responde: "Bien, ¿te importaría decirle a tu marido que deje en paz a mi esposa y que comience a usar la tuya?".