Hombre hospitalizado comenzó a saltar y hacer movimientos extraños. Sacerdote le da lápiz y papel
Acostado en la cama del hospital, un moribundo comenzó a moverse y hacer movimientos como si quisiera hablar.
El sacerdote, mirando a un lado de su cama, se inclinó silenciosamente y preguntó:
"¿Tiene algo que le gustaría decir?"
El hombre asintió afirmativamente, y el sacerdote le tendió una libreta y un bolígrafo.
"Sé que no puedes hablar, pero utiliza esto para escribir una nota y se la daré a tu esposa. Ella está esperando afuera".
Recogiendo su última fuerza, el hombre los tomó y garabateó su mensaje sobre la libreta que metió en las manos del sacerdote. Luego, momentos después, el hombre murió.
Después de administrar los últimos ritos, el sacerdote se fue para darle la triste noticia a la esposa.
Después de consolarla un poco, el sacerdote le entregó la nota. "Aquí estaban sus últimas palabras. Justo antes de continuar, él te escribió este mensaje".
La esposa abrió con lágrimas en los ojos la nota que decía:
"¡Muévete! ¡Estás pisando mi manguera de oxígeno!".
Dicen que la risa es la mejor medicina, pero para nosotros, es el azúcar que endulza nuestros días. Una buena carcajada aleja la tristeza y la depresión. ¡Todos necesitamos una sonrisa de vez en cuando!