Esposo se queja de que su esposa se está quedando sorda. El doctor le aconseja hacerle una prueba
Dicen que todo es cuestión de perspectiva. Pero a veces, nuestras percepciones nos pueden jugar malas pasadas y nos podemos llevar desagradables sorpresas que nos sacan de nuestros errores.
Un hombre casado fue a consultar al doctor familiar discretamente para comunicarle su terrible preocupación respecto a algo que sospechaba de su esposa. ‘Doctor, creo que mi esposa se está quedando sorda,’ dijo el hombre.
Después de pensarlo un poco, el médico, para descartar cualquier posibilidad, aconsejó al hombre de la siguiente manera:
‘Bueno, hay algo que te recomiendo que intentes antes de preocuparnos por ella. Deberás hacer esta prueba para saber qué tanto ha perdido la audición. Ubícate a cierta distancia de ella y hazle una pregunta,’ dijo el doctor.
‘Si no te contesta, acércate un poco y vuelve a hacérsela. Sigue repitiendo este procedimiento hasta que te responda. Haciendo esto podrás saber qué tan grave es el asunto,’ indicó el galeno.
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El hombre le agradeció al médico y dejó la consulta expectante, ansioso de llegar a casa con su esposa para intentar lo que se le aconsejó. Apenas cruzó la puerta y se encontró dentro de la casa que compartía con su esposa, hizo una pregunta:
‘Mi amor, qué hiciste para cenar esta noche?,’ le dijo a su esposa, sin escuchar ninguna respuesta de parte de ella. Ante esto, el hombre avanzó un par de pasos en dirección a la mujer para intentarlo de nuevo.
‘Cariño mío, ¿Qué cenaremos esta noche?,’ insistió. Tampoco en esta segunda oportunidad el hombre escuchó la más mínima respuesta de su esposa.
Consternado, el marido repitió el procedimiento una y otra vez, hasta que llegó a estar apenas a unos centímetros de su mujer.
Sólo a esta distancia, finalmente el esposo alcanzó a escuchar a su esposa, quien le respondía de esta manera:
‘Mi amor, por undécima vez, te dije: ¡vamos a comer pastel de carne!