Dos pit bulls entran a un hospital. El personal se asusta por sus acciones
La mala reputación de la raza hizo que el personal entrara en pánico.
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De acuerdo a lo reseñado por Uplifting Today el 10 de abril de 2018, aunque los pit bulls suelen ser considerados peligrosos e impredecibles, dos de ellos demostraron que no se puede estar más lejos de la verdad.
La realidad es que los animales no son crueles por naturaleza, y un perro es tan peligroso como su dueño hace que sea. En 2017, dos pit bulls demostraron justo eso después de deambular en un hospital.
Los dos perritos entraron de manera casual por las puertas del Hospital St. Luke's Anderson Campus, tal y como si estuvieran acostumbrados a estar allí, pero su comportamiento sorprendió a todos.
El sistema de vigilancia captó el divertido e inusual momento, que luego fue subido a Facebook y ha conquistado a infinidad de personas.
Los perros que caminaron alrededor del lobby unos segundos, demostraron su emoción y alegría de conocer un nuevo lugar, moviendo animadamente sus colas, para luego adentrarse un poco más en la institución.
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Según la fuente, los animales de alguna forma se dirigieron a la farmacia del edificio, donde el farmacéutico, cuya identidad nunca fue revelada, notó a los perros e inmediatamente pidió ayuda. Un par de guardias de seguridad acudió en su rescate, mientras los canes continuaban ocupados husmeando el lugar.
St. Luke's es considerado un hospital muy amigable y accesible, pero el personal no solo es así con las personas, sino que parece tener un punto débil con los animales.
Los dos guardias de seguridad llamaron a los perros silbando y estos se les acercaron juguetonamente, afirmó una testigo.
Al darse cuenta de que eran perros de la casa, los dos hombres les dieron agua antes de entregarlos a un oficial de policía.
La dueña, Kathy Tamasi, fue notificada de su paradero y sin perder tiempo, fue a recogerlos.
Los dos se habían escapado cuando daban una caminata con ella, y ya llevaba mucho tiempo buscándolos.
Al final, agradeció al personal de St. Luke por su paciencia y amabilidad con sus bebés peludos.
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