Historia del millonario brasileño que enterró su valioso Bentley por una buena causa
Cuando dijo que sepultaría su lujoso auto para disfrutarlo en el más allá, todos lo censuraron. Solo un millonario excéntrico y chiflado cometería semejante insensatez. Pero esperen saber por qué lo hizo.
Según Lifethings, la gente no solo se sorprendió sino también se indignó, el día en que el acaudalado hombre de negocios brasileño Chiquinho Scarpa anunció que quería ser enterrado en su flamante Bentley Flying Spur, valorado en 310 mil libras esterlinas.
La controversia no era tanto sobre dónde quería ser enterrado, sino cómo, pues supuestamente inspirado por los faraones y otros antiguos gobernantes que llevaron sus pertenencias a la tumba para usarlas en el más allá, Scarpa dio la noticia.
Incluso, el hombre publicó fotos parado con una pala frente a la fosa, con el costoso vehículo atrás, que lo hizo ver ante la gente más antipático, egoísta y fanfarrón.
También invitó a los medios de comunicación al "funeral" de su Bentley, pero una vez que su automóvil estaba en el hueco a punto de ser cubierto de tierra, detuvo la procesión y pronunció un discurso que reveló la verdadera razón por la que planeaba enterrar su auto:
"La gente me ha condenado por tratar de enterrar un Bentley de un millón de dólares. El hecho es que la mayoría de las personas entierran algo mucho más valioso que mi auto. Las personas entierran corazones, hígados, pulmones, ojos y riñones”, dijo a la prensa, según reseñó el portal Trueactivist.com.
“Esto es absurdo”, agregó. “Hay tanta gente esperando un trasplante y enterrarás órganos sanos que pueden salvar tantas vidas. Este es el mayor desperdicio del mundo. Mi Bentley es inútil en comparación con los órganos que dan vida. No hay riqueza más valiosa que un órgano, porque no hay nada más valioso que la vida”.
Y finalizó con otro anunció que dejó perplejos a los periodistas y mudos a quienes lo habían criticado: “Anuncio oficialmente que soy un donante de órganos esta semana. Soy un donante de órganos, ¿verdad? Cuéntaselo a tu familia".
El multimillonario terminó no enterrando su automóvil y en su lugar dejó a la nación con un poderoso mensaje: el costo del Bentley palidece en comparación con las vidas humanas que podrían salvarse si cada persona fuera un donante de órganos.