Hombre de 98 años camina 10km todos los días para ver a su esposa paralítica en el hospital
Hay parejas que sin importar las dificultades -incluyendo aquellas que vienen con la vejez- son capaces de mantener su amor vivo y superar las adversidades.
Tal es el caso de este hombre y su fidelidad hacia su esposa. A pesar de que tiene 98 años y que debe recorrer casi 10 kilómetros todos los días para verla, su amor por ella sigue vivo.
"Verán, no estoy jodido como esos muchachos de aquí, los viejos", dijo Luther Yonger. Salió de Chili. Dan Bookhard acababa de salir del aeropuerto y a Luther caminando por la autopista, informó Spectrum News.
"Tengo educación. Cuando ves a alguien mayor, cuando ves a alguien luchando cuando llueve... tuve que recogerlo y no podía ser uno de los que pasaba de largo", dijo Bookhard.
Así que hizo lo correcto y llebvó a Yonger hasta el Strong Memorial Hospital, para que pudiera estar con su esposa. Se dice que Yonger, un veterano de la guerra de Corea, camina a todas partes, según su familia.
"Mi papá siempre caminó. Él dice que lo hace para mantenerse con vida", dice Luthta Yonger. Ella agrega que su padre ahora camina por un camino diferente, un camino hacia su esposa.
"Todavía dice: 'no, tengo que ir a buscar a mi esposa. Tengo que ir'". Su esposa de más de 50 años, Waverlee, está paralizada y padece cáncer cerebral desde 2009.
Mientras recordaba los tiempos que compartieron, Yonger dijo: "Ella es la mejor taza de té que he tenido". Ella venía y me besaba y decía bebé y me daba de comer en la cama y esto es lo que necesito ahora mismo".
Han pasado casi dos semanas desde que Waverly estuvo en el hospital y Luther continúa haciendo un esfuerzo adicional para estar a su lado.
ABUELA CON ALZHEIMER RECIBE UN PERRO DE REGALO Y LLORA DE EMOCIÓN
La abuela Betty no es la misma desde que le descubieron Alzheimer degenerativa en 2016. Ahora ella olvida los ingredientes de sus recetas y sus días son rutinarios, pero cuando la familia le dio el peludo regalo, sus lágrimas corrieron de inmediato en sus mejillas.
Al creer que los perros son "trabajadores terapéuticos y milagrosos", la familia decidió adoptar uno, especialmente por el hecho de que la abuela ha querido tener uno durante años, pero no pudo porque su esposo siempre le decía que no.
Cuando Fenton, el nuevo perro rescatado, fue presentado a la abuela, “su reacción hizo que todas las preocupaciones, estreses y partes horribles de esta enfermedad desaparecieran”.