Papá fue regañado por el comportamiento de su hijo
Aquí hay una historia que puede ayudarnos a repensar la forma en que a veces reaccionamos ante las personas que nos rodean.
Esta historia involucra a un padre y su hijo de 24 años que fueron confrontados por extraños en un tren. Un chico de 24 años que miraba desde la ventanilla de un tren en movimiento gritó: "¡Papá, mira que los árboles se están quedando atrás!"
El padre sonrió, pero una joven pareja que estaba sentada en las cercanías miró con lástima y reprobación el comportamiento infantil del joven de 24 años.
De repente, el chico exclamó de nuevo: "¡Papá, mira las nubes que corren con nosotros!"
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La pareja no pudo resistirse y le dijo al anciano: "¿Por qué no lleva a su hijo a un buen médico?"
El anciano sonrió y dijo: "Lo hice, y recién venimos del hospital, mi hijo fue ciego de nacimiento, hoy tiene los ojos".
La mayoría de nosotros somos culpables de juzgar rápidamente. A menudo, nunca nos esforzamos por ver el panorama general antes de reaccionar ante el comportamiento de una persona.
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La verdad es que cada persona tiene una historia no contada. Cada persona tiene experiencias únicas que los hacen quienes son, que influyen en su comportamiento. Los conflictos ocurren a menudo porque ninguna de las partes escucha a la otra.
Así que nunca juzgues a una persona sin antes hacer un esfuerzo por conocer su historia.
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Leer una historia cómica como ésta siempre es divertido y definitivamente alegrará nuestro día. Otra historia que te hará reír es sobre la mujer de 70 años que quería volver al mundo de las citas nuevamente.
Lea la broma hilarante a continuación:
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Una viuda solitaria de 70 años decidió que era hora de volver a casarse. Puso un anuncio en el periódico local que decía:
“¡Se busca marido! Debe estar en mi grupo de edad, no debe ganarme, no debe correr conmigo y debe ser bueno en la cama. Todos los solicitantes, por favor solicite en persona".
Al día siguiente, oyó el timbre. Para su consternación, abrió la puerta para ver a un caballero de cabello gris sentado en una silla de ruedas. No tenía brazos ni piernas.
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"Realmente no me estás pidiendo que te considere, ¿verdad?" Preguntó la viuda. "Solo mírate ... ¡no tienes piernas!"
El anciano sonrió y dijo: "¡Por lo tanto, no puedo correr contigo!"
"¡Tú tampoco tienes brazos!" Resopló ella.
Una vez más, el anciano sonrió. "Por lo tanto, nunca puedo vencerte", dijo.
Ella levantó una ceja y preguntó con atención: "¿Todavía eres bueno en la cama?"
El anciano se echó hacia atrás, sonrió ampliamente y respondió: "Toqué el timbre, ¿verdad?"
Unas cuantas carcajadas al día te ayudarán a cuidar tu salud física y mental.
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Otra historia que te hará reír es sobre un hombre que ve un letrero enfrente de una casa. El letrero dice: "Perro que habla en venta". Toca el timbre y el dueño le dice que el perro está en el patio trasero.
Para su sorpresa, el precio del perro era mucho más bajo de lo que esperaba.