Cruel dueño que ya no quería a su perro lo dejó en una granja de carne para ser sacrificado
Los temores de esta mascota no se acabaron cuando fue rescatado. Fueron necesarios muchos cuidados y paciencia para ganar su confianza de nuevo.
Camo es un perrito que fue dejado por su dueño original en un criadero de Seúl, Corea del Norte, donde sería sacrificado por su carne. Allí, mientras esperaba su turno en el matadero fue encerrado en una inmunda jaula, donde su pelaje se enmarañó y se cubrió de heces.
No tenía acceso regular a comida y agua y pasaba sus días encogido en el fondo de la jaula, hasta que en junio de 2017, cuando finalmente llegó la ayuda para Camo y los otros 54 perros en la granja de carne.
Milagrosamente, el propietario del lugar se había acercado a Humane Society International (HSI), organización a la que le pidió ayuda para cerrar su negocio.
"El granjero mayor, que había estado criando perros durante 20 años, había cambiado de parecer y no podía enviar a sus perros a la matanza", dijo Wendy Higgins, directora de medios internacionales de HSI, en un comunicado. "Ya no podía comer carne de perro".
Pero Camo inicialmente sospechaba de los rescatistas, y gruñó cuando lo sacaron de su jaula. Sin embargo, al mismo tiempo parecía desesperado por conectarse con la gente.
"Siguió mirándome como si quisiera confiar en mí", dijo a The Dodo Adam Parascandola, director sénior de protección animal y respuesta a crisis en HSI. "No parecía tan desconsiderado, solo confundido en cuanto a por qué estaba allí".
RUMBO A NORTEAMÉRICA
Tras ser retirado de la granja, Camo fue transportado a los Estados Unidos y llevado al cuidado de Roff Rescue, un grupo con sede en Pennsylvania. Luego se le colocó en un hogar de acogida con una mujer que también trabajaba como peluquera de perros.
"Ella pudo arreglarlo y enviarme las fotos", dijo Parascandola. "Sabía que tenía bajo peso, pero realmente no podía verlo hasta que ella lo afeitó, estaba completamente demacrado debajo de todo ese pelaje".
Luego de eso, Camo y otro perro, un Shih Tzu llamado Kasey, fueron adoptados por Sally Markley y su esposo, quienes los llevaron a vivir a casa con ellos. Pero el trauma sufrido por Camo, un pequeño maltés mestizo, haría difícil que se adaptara.
"Tenía miedo de casi todo", dijo Markley a The Dodo. "Tenemos un gran patio cercado. Jugaba y corría hasta que oía algo fuerte o extraño. Entonces se encerraba en la casa".
No obstante, con mucho amor y cuidado, Camo floreció con su nueva familia.
"A medida que pasaban los días, Camo se convirtió en un perro faldero muy adorable", dijo Markley.
Además, la amistad de Camo con Kasey lo ayudó a sentirse más relajado.
Y aunque Camo todavía tiene problemas de temores y desconfianza, Markley dice estar dispuesto a sanarlo. "Lo haría y haría cualquier cosa para que vivir aquí sea cómodo para él".
Markley asegura que ahora no puede imaginarse su vida sin Camo, y alienta a todos los que quieran un compañero para que obtengan un perro de rescate como Camo o Kasey.
"Camo es un gran bicho", dijo Markley. "Él y Kasey duermen en nuestra cama. Su lugar está en su espalda con su cabeza apoyada en mi mejilla. Varias veces durante la noche, sentiré un pequeño beso de él en mi mejilla. Lo amo tanto".
CAMBIO DE IMAGEN PELIGROSO
La historia de Violet, una maltesa mestiza que casi muere luego de que su dueño decidió teñir su pelaje de púrpura, debe servir para que la gente no intente alterar lo que la naturaleza dio a su mascota.
La perrita de apenas cinco libras era linda y tenía una dulce forma de comportarse, pero ante los ojos de su propietario su pelaje blanco no era lo suficientemente perfecto. Entonces, lo tiñó de púrpura con un colorante químico destinado a las personas.
Como resultado, le quedaron severas quemaduras en gran parte de su cuerpo, y uno de sus ojos también estaba hinchado y cerrado.
Los rescatistas de los Servicios de Animales del Condado de Pinellas de Florida (EEUU) compartieron la historia de Violet y el cambio de imagen fallido que casi la mató.
Cuando llegó por primera vez bajo el cuidado del refugio, después de que la recogieran como una vaga, el estado de la perrita era deplorable, y no estaba claro si sobreviviría.
Fuente: PinellasCountyAnimalServices
"Dimos fluidos, medicamentos para el dolor y lavamos suavemente la mayor parte del tinte químico que pudimos. La vendamos", escribió el refugio en un post en línea. "Luego esperamos. Violet se fue a casa con nuestro veterinario y nosotros esperamos".
Afortunadamente, Violet había sobrevivido a la noche y estaba más animada por la mañana, pero su cuerpo todavía se tambaleaba por el tinte duro. Pronto sus rescatistas se dieron cuenta de la magnitud de las lesiones.
"Comenzamos el arduo proceso de rasurarle el cabello para medir realmente el daño, [y] para nuestro horror, su piel comenzó a desprenderse", escribió el refugio. "Menos mal que Violet fue anestesiada. Fue mucho peor de lo que pensamos al principio!".
Pero Violet resultó ser una luchadora.
Durante los siguientes tres meses de tratamiento, Violet comenzó a sanar lenta pero seguramente, revelando un poco más de su dulce personalidad cada día.
"Cuando se desprendieron los vendajes finales, suspiramos aliviados", escribió el refugio. "Violet era hermosa".
Fuente: PinellasCountyAnimalServices
Al final, fue adoptada en un hogar amoroso, pero su caso deja una enseñanza:
"Bajo ninguna circunstancia, use el color de cabello destinado a los humanos con sus mascotas", escribió el refugio.
"Los productos químicos en el tinte para el cabello son tóxicos y causan una gran variedad de lesiones externas a su mascota: posibles quemaduras, ceguera y, como el primer instinto de un animal es lamer, puede causar envenenamiento o quemaduras internas. Simplemente no lo haga", explicó.
Y como una forma de dar el ejemplo, un importante personaje de la vida política estadounidense decidió adoptar un perro rescatado.
El ex vicepresidente Joe Biden adoptó a un pastor alemán, llamado Major, de la Asociación Humana de Delaware. La Asociación compartió fotos de ambos pasando el tiempo juntos. Conozca la historia del afortunado cachorro que seguro te llegará al corazón.