Mujer con dos hijos no tenía nada para comer y le pidió ayuda a un gerente de tienda
Un buen samaritano demostró que aún quedan personas valerosas y de buen corazón en el mundo.
Aún cuando muchos han perdido la fé en las personas, hay quienes que con simples actos demuestran que sigue existiendo gente digna de la confianza de cualquiera.
Este es el caso de un gerente de tienda no hizo un simple acto, lo que él hizo muy pocas personas se hubiesen tomado la molestia de hacer. Básicamente salvó la vida de esta familia.
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SE ATREVIÓ A PEDIR AYUDA Y LA RESPUESTA FUE MÁS DE LO QUE ESPERABA
Todo pasó cuando una mujer junto con sus dos hijos, hambrienta y desamparada se atrevió a buscar ayuda a acudiendo al gerente de una tienda.
Con sus dos niños, uno de dos años y otro de cinco, dejó a un lado el miedo y entró a dicha tienda pidiéndole a él empleado que llamara al gerente, un hombre intimidante, con gran altura y aspecto rudo, nadie podría imaginar que por dentro fuese una persona de corazón tan noble.
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El empleado al notar el miedo en la cara de la madre, con un aspecto tan descuidado, decide buscar al gerente, la mujer le explicó al encargado que está vivía con su esposo, un hombre abusador de quien tuvo que escapar, logró conseguir una vivienda con ayuda de una amiga pero seguían sin tener nada par comer.
Madre afligida / Imagen tomada de: Shutterstock
NUNCA SE PUEDE SUBESTIMAR LA BONDAD HUMANA
Al escuchar el problema, el gerente le permitió llenar un carrito de comida y mandó a buscar algo de comida caliente para ella y sus hijos, luego fue llamado el empleado a la oficina del gerente donde se le entregó una nota destinada para esa mujer, toda su comida fue pagada y al empezar a llenar el auto de comida se le entregó dicha nota.
Donde se le comunicaba una oportunidad de trabajo, no sólo tendría la oportunidad de trabajar en la tienda, también sería ayudada con los niños por el gerente.
Comida / Imagen tomada de: Shutterstock
Actualmente dicha mujer trabaja honradamente en la tienda. Nunca se habría imaginado que con tan sólo dejar el miedo y la desconfianza a un lado se encontraría con personas de esta calidad humana dispuestas a ayudar.
Otra madre que recibió ayuda de un extraño fue Jamie Lynne Knighten, aunque en su caso, el benefactor no corrió con mucha suerte, pues luego de haberla ayudado pagando su cuenta, días después de su acto desinteresado murió en un accidente.