30 de agosto: Día de San Pamaquio, fiel laico y senador de Roma

San Pamaquio fue senador de Roma y fiel laico entre los siglos IV y V. Se distinguió por su profunda piedad y generosidad con los pobres.

Perteneció a la familia de los Camilos, cuyo patrimonio en el norte de África los hacían inmensamente ricos.

Recibió educación en retórica, elocuencia y literatura sagrada. Fue de compañero de Jerónimo en la juventud.

Esta amistad se mantuvo a pesar de la interrupción que supuso la marcha al desierto de Jerónimo en el año 370, fecha en torno a la cual pasa Pamaquio forma parte del Senado.

Se casó con Paulina, hija de santa Paula, mujer asceta que siguió junto con Eustoquia al santo penitente al desierto.

Pamaquio descubrió y puso de manifiesto los errores doctrinales de Joviniano y se atrevió a exponerlos con claridad al papa Siricio, que se vio obligado a condenar la herejía unos años más tarde, en el 390.

Se preocupaba por las herejías que dañaban la enseñanza de la fe católica, y colaboró con sus cartas apoyando a San Agustín ante el donatismo.

Esta herejía afectaba la eficacia de los sacramentos, dejando la validez de los mismos en relación al grado de virtud del clérigo que los administraba.

Quedó viudo cinco años después de casarse, ya que Paulina murió por complicaciones en el parto.

Desde ese momento se dedicó con profusión a las obras de caridad hacia toda clase de necesitados.

Tomando lección de la Sagrada Escritura, meditada a diario y se convenció de que la caridad cubre la multitud de los pecados.

Levantó en el puerto romano un hospital para atender a los extranjeros, donde él mismo curaba y atendía a los enfermos y moribundos.

Prestó servicio a la sociedad desde los más altos cargos profesionales y administró los bienes patrimoniales, teniendo en cuenta las necesidades de sus contemporáneos.

Permaneció laico toda su vida, santificándose a través de su trabajo en la política romana donde sobresalió por su honestidad.

Este santo se adelantó en siglos al mensaje del Concilio Vaticano II: la llamada de Dios a la santidad para todos los bautizados.

Murió en el año 410, poco antes del dramático saco de Roma y es un ejemplo para la mayor parte de los fieles cristianos de todos los tiempos.