Celia Cruz: la hermosa historia de la reina de la salsa y su marido Pedro

La muerte de la icónica Reina de la Salsa, Celia Cruz, tras una larga batalla contra el cáncer, puso fin a su historia de amor y devastó la vida de su esposo, el trompetista Pedro Knight.

Cuando la Reina de la Salsa falleció víctima del cáncer a los 77 años de edad, fueron muchos los que creyeron que el trompetista de cabello blanco jamás se recuperaría. Y es que por largos años, Knight y Cruz fueron una pareja inseparable, formando una de las más estables y amorosas relaciones del mundo del entretenimiento.

Knight murió tres años y medio después, y sus restos yacen enterrados junto a los de su difunta esposa en el cementerio Woodlawn, en el Bronx (Nueva York). Hasta el sol de hoy, el sitio continúa siendo un lugar de peregrinaje para fanáticos de la salsa. Ahora, le daremos una mirada a la hermosa historia de la relación de Celia Cruz con Pedro Knight.

INICIOS DEL AMOR

Celia Cruz y Pedro Knight se conocieron por primera vez un jueves 3 de agosto de 1950, en la estación de radio CMQ, en Cuba. Era el lugar de ensayo de la Sonora Matancera, la orquesta cubana donde Pedro Knight era trompetista.

"Celia fue porque la habían recomendado. Myrta Silva se había ido y buscaban una cantante. Cuando llegó al primero que se encontró fue a Pedro Knight. Desde ese día empezó a ayudarla con los arreglos y sostuvieron una bonita amistad por diez años” cuenta Omer Pardillo, representante de Cruz.

Al poco tiempo, Celia se convirtió en cantante de la Sonora Matancera, y eventualmente, Pedro y Celia se enamoraron, a pesar de que en un principio, Celia no quería ceder ante el cortejo de Pedro, pues era dos veces divorciado y con varios hijos, y "tenía fama de mujeriego".

EXILIO Y ÉXITO

Diez años después, la orquesta de la Sonora Matancera partió de Cuba, exiliados a México. Su viaje comenzó el 15 de julio de 1960, y tanto Celia Cruz como Pedro Knight. Seis meses más tarde, Celia llegó a la ciudad de Nueva York. No era su primera vez en la Gran Manzana, pues ya había cantado en el notorio club Palladium. Pero ahora, la ciudad sería el lugar que vería a Celia catapultada a la fama, cantando con las legendarias orquestas de Tito Puente, Johnny Pacheco y las Estrellas de Fania.

Dos años después, en 1962, Pedro Knight llegó a Nueva York para sumarse a Celia. Knight fue acompañado por el resto de los miembros de la Sonora Matancera, y se alojó junto a Celia en un hotel ubicado en Broadway con la calle 54, muy cerca del famoso Parque Central, donde los coches tirados a caballo le hacían sentir nostalgia por su natal Cuba.

MATRIMONIO Y AMOR

Fueron tiempos felices para la pareja. Celia y Pedro pasearon en un carruaje tirado por caballos a través de las calles de la Gran Manzana, mientras se cantaban "Desvelo de amor", la canción del puertorriqueño Rafael Hernández que Celia creía era su mejor composición.

"Se separaron muy pocas veces desde que se unieron, el 14 de julio de 1962 (en una ceremonia civil). La primera vez fue en la década de 1980 porque él se enfermó y ella viajó con sus mejores amigos. La segunda vez, él también se enfermó y ella no podía suspender su presentación. Sólo dos veces en 41 años de casados”, agregó Pardillo.

"Sufro mucho tu ausencia, no te lo niego, yo no puedo vivir si a mi lado no estás... Yo comprendo que es mucho lo que te quiero, no puedo remediarlo qué voy a hacer". Rafael Hernández, "Desvelo de amor".

Knight, quien Cruz decía hacía honor a su apellido al ser todo un caballero, enseñó muchas cosas a Celia a través de los años, incluyendo cómo cocinar. Con el tiempo, se convirtió en el representante y director musical de su exitosa esposa. También era muy querido por los fans de la cubana, que podían ver el palpable amor existía en la pareja.

QUÍMICA INNEGABLE

"Pedro siempre estaba en el escenario por la química que tenía con Celia. Sabía si era necesario alargar una canción o si la cortaban. Al mirarse se entendían, aunque estuviera Tito Puente o Johnny Pacheco dirigiendo la orquesta. Fue increíble", cuenta Pardillo.

"Yo que conviví con ellos puedo decir que fueron dos cuerpos y un alma porque se entendían sin hablarse. Imagino que como toda pareja tienen que haber discutido pero nunca lo hicieron delante de nadie. Celia decía que no le gustaba tener un problema con Pedro e irse a la cama sin arreglarlo. Eran el uno para el otro", afirma el ex-representante Pardillo.

DEVOCIÓN Y MUERTE

Knight, quien sufría de diabetes, siempre recibió devotos cuidados por parte de su esposa, quien vigilaba su alimentación y que tomara sus medicinas. A la vez, Pedro se preocupaba por la ajetreada agenda de Celia, tratando de que no trabajara demasiado, acompañándola a todos sus ensayos y hasta recogiendo sus maletas en cada aeropuerto.

"Él no quería que ella hiciera nada para no interrumpir su tranquilidad", cuenta Pardillo.

Cuando Celia fue diagnosticada de cáncer, el mundo entero siguió con preocupación las noticias sobre su salud y el desarrollo de la enfermedad. Cuando finalmente falleció la cantante, muchos fans pensaron que Pedro Knight no podría lidiar con su muerte.

ENFERMEDAD Y POLÉMICA

"Él decía que la vida no tenía sentido sin Celia. Le fue muy, muy difícil", comentó Pardillo.

La salud de Knight fue deteriorándose poco a poco tras la muerte de Celia, y en varios ocasiones terminó siendo hospitalizado. Peor aún, de repente Knight terminó en una controversia pública por la herencia de Celia.

Tanto su hija, Ernestina Knight, como la hermana de Celia, Gladys Bécquer, demandaron por separado al patrimonio de la difunta artista, alegando que la cantante les había dejado un dinero a través de un seguro el cual Knight supuestamente se habría quedado. Eventualmente, ambas demandas fueron retiradas.

En la demanda también fue nombrado Luis Falcón, a quien la pareja había tratado como un hijo y era uno de los ejecutores del testamento de Cruz. Pero una contra-demanda de Pardillo resultó en que un tribunal retirara todo lo relacionado a la herencia de Celia.

Knight murió el 3 de febrero de 2007 en Los Ángeles, California, y fue enterrado junto al amor de su vida en el Bronx, Nueva York. Sus restos yacen en un mausoleo cuidado por dos mujeres y visitado frecuentemente por fans de Celia.

Otro reconocido cantante de salsa, Anthony Cruz, falleció recientemente luego de una breve hospitalización de varios días, víctima de un infarto al corazón.