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Niña en el cementerio | Foto: Shutterstock
Niña en el cementerio | Foto: Shutterstock

Niña de luto va al cementerio en lugar de la escuela: el maestro se entera de que visitó la tumba de su hijo - Historia del día

Mayra Pérez
29 sept 2022
22:00

Una niña faltó a la escuela para visitar la tumba de su difunto amigo e intentó que otros la acompañaran. Pero nadie quiso ir con ella hasta que se puso al frente de la clase y les mostró algo impactante.

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“No quiero ir contigo. Deja de molestarme, Alice”, respondió enojado un compañero después de que ella le rogara que faltara a clases y la acompañara a visitar a su difunto compañero, Charlie.

El niño salió corriendo y Alice se sintió decepcionada. Había recibido la misma respuesta de todos, cada día. Aun así, se saltó la escuela y fue al cementerio, que estaba a unas pocas cuadras.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Ella estaba en segundo grado y había sido la única amiga de Charlie. A pesar de los grandes esfuerzos de él por vincularse con los niños de la clase, ninguno quería ser su amigo porque era hijo del maestro Mario, y siempre sacaba buenas notas.

Sus compañeros de clase pensaron que tenía una ventaja, pero Charlie era inteligente y aplicado. Lamentablemente, murió en un accidente automovilístico y el señor Mario había estado ausente de la escuela desde entonces.

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La maestra sustituta era una mujer joven que no estaba familiarizada con todos sus alumnos. Alice había podido faltar a la escuela durante una semana sin que nadie se diera cuenta.

En el cementerio, habló con Charlie y le prometió que pronto vendrían otros niños. “Tengo un plan. Voy a demostrar que eras un buen amigo, pero no sé cuándo podré hacerlo”, juró sobre su tumba y volvió a la escuela para tomar su autobús a casa.

Desafortunadamente, al día siguiente, vio que el señor Mario había regresado y, si se saltaba ese día, él lo notaría. Alice no quería meterse en problemas, así que esta vez fue a su clase.

El señor Mario tomó la asistencia y, en lugar de decir “presente”, Alice levantó la mano y pidió hablar con la clase. El maestro se lo permitió y se sentó en su escritorio mientras la niña se acercaba al frente con su mochila.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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“Señor Mario, he estado faltando a la escuela todos los días y nadie se dio cuenta”, reveló Alice a la clase. Por supuesto, los demás lo sabían, pero nunca dijeron nada.

Pero el maestro se sorprendió. “¿Por qué hiciste eso, Alice? ¿A dónde fuiste? ¿Sabes lo peligroso que fue eso?”. Estaba preocupado; sabía con qué facilidad le podía pasar algo malo a un niño.

“He estado visitando a Charlie en el cementerio”, confesó la niña. “También les he pedido a los demás que me acompañaran, y nadie lo hizo porque no les gustaba Charlie. Pero... él los amaba a todos ustedes, y puedo probarlo”.

“Alice, ¿qué quieres decir? ¿Visitas su tumba todos los días?”. El señor Mario se quedó sin palabras cuando la niña asintió y siguió revolviendo en su bolso. Se conmovió ante la idea de que alguien había estado ahí para Charlie.

Alice sacó un cuaderno, que el docente reconoció como de Charlie. Lo había estado buscando sin suerte. La niña mostró a la clase los dibujos que su hijo había hecho de todos.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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“Charlie los dibujó a todos aquí y escribió lo que le gustaba de cada uno de ustedes y las fechas de sus cumpleaños”, reveló Alice. Eso era algo que el señor Mario no sabía, y las lágrimas inundaron sus ojos.

“Él iba a decirle al maestro todas las fechas, para que pudiéramos tener fiestas cuando terminara la clase, y siempre le decía a su papá que no pusiera demasiada tarea los viernes”, continuó la pequeña.

“Todo lo que quería era ser amigo de todos ustedes, y prometí sobre su tumba que les mostraría esto”.

Con expresión de tristeza en su rostro, Alice cerró el cuaderno y comenzó a llorar. El maestro se acercó a ella, se arrodilló y le dio un fuerte abrazo. “Gracias”, le dijo en un susurro entrecortado.

El resto de la clase también se conmovió y todos propusieron visitar juntos la tumba de Charlie. El señor Mario se apartó de Alice, secó las lágrimas de la niña y las suyas.

No podía sacar a los niños de la escuela sin permiso, pero podía notar que los niños no lograban concentrarse en la lección.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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“¿Qué tal esto, niños? Hagamos un dibujo o escribamos una carta con algo que deseaban mostrarle o decirle a Charlie. Veré cuándo podemos visitarlo”, sugirió el maestro, y todos los niños se emocionaron.

Alice corrió a su escritorio y comenzó a sacar varios papeles. Se sentó y trató de contener sus emociones mientras la clase hablaba de Charlie y algunos le hacían preguntas como qué frutas le gustaban o cuál era su animal favorito.

Ese viernes, el maestro obtuvo el permiso de los padres y organizó una salida para visitar el cementerio. Los niños se turnaron para hablar con Charlie y mostrarle lo que habían hecho para él.

Fue un momento educativo para los niños, que les permitió aprender sobre la vida y la muerte. El señor Mario recordaría ese día por siempre, el día en que su hijo se vio rodeado de amigos que le mostraban su aprecio.

Guardó todas las cosas que hicieron los niños y armó un álbum con ellas. Nunca olvidaría el hermoso gesto de la única amiga que tuvo su hijo en vida, Alice.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Es importante enseñarle a los niños a no juzgar o menospreciar a nadie. A la clase no le gustaba Charlie, tan solo por ser hijo del maestro. Tuvieron la oportunidad de conocerlo, después de su muerte, gracias a la bondad de una niña.
  • Todos viven en forma diferente el duelo por un ser querido. Alice necesitaba que todos conocieran la nobleza de su querido amigo, a quien siempre despreciaron en vida. Cuando lo logró, pudo seguir adelante con su vida.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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