Científicos lo confirman: la gente se está quedando ciega debido al uso incorrecto del celular
Cualquiera diría que usar el teléfono por tiempos prolongados no es dañino. Pero resulta que sí, esas abuelas a las que muchos llaman fastidiosas por intentar hacer que dejes de usar tu dispositivo tenían razón.
De acuerdo a La Escuela de Medicina de Harvard, departamento que ha llevado a cabo cientos de investigaciones inherentes a la salud, la exposición a la luz azul en la noche, emitida por dispositivos electrónicos y bombillas de bajo consumo, puede ser perjudicial para la salud.
En gran parte del mundo, las noches son iluminadas, y es muy fácil acceder a todos esos lúmenes en la calle, e incluso en nuestros hogares.
Sin embargo, puede que estemos pagando un precio por disfrutar de toda esa luz. Por la noche, la luz descontrola el reloj biológico del cuerpo. El sueño se distorsiona y peor aún, las investigaciones muestran que puede contribuir a la causa del cáncer, la diabetes, las enfermedades cardíacas y la obesidad.
Pero no todos los colores de la luz tienen el mismo efecto. Las longitudes de onda azules, que son beneficiosas durante las horas del día porque aumentan la atención, los tiempos de reacción y el estado de ánimo, parecen ser las más perjudiciales durante la noche.
La proliferación de dispositivos electrónicos con pantallas, así como la iluminación eficiente en energía, está aumentando nuestra exposición a longitudes de onda azules, especialmente después de que se esconde el sol.
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Ritmos diarios influenciados por la luz
La duración promedio de los ritmos circadianos es de 24 horas y un cuarto. El Dr. Charles Czeisler de la Escuela de Medicina de Harvard demostró, en 1981, que la luz del día mantiene el reloj interno de una persona alineado con el ambiente.
Riesgos para la salud de la luz nocturna
Algunos estudios sugieren un vínculo entre la exposición a la luz durante la noche con algunos tipos de cáncer, diabetes, enfermedades cardíacas y obesidad. Recibir la luz suprime la secreción de melatonina, una hormona que influye en los ritmos circadianos, y hay cierta evidencia experimental de que niveles más bajos de melatonina podrían explicar la asociación con el cáncer.
Un estudio de Harvard arrojó algo de relación con la diabetes y la obesidad. Los investigadores colocaron a 10 personas en un horario que gradualmente cambió la sincronización de sus ritmos circadianos.
Es decir, sus niveles de azúcar en la sangre aumentaron, arrojándolos a un estado prediabético, y los niveles de leptina, una hormona que hace que las personas se sientan llenas después de una comida, disminuyeron.
Incluso la luz de una lámpara de mesa de noche podría tener efecto, señaló Stephen Lockley, un investigador del sueño de Harvard. La luz durante la noche es una de las razones por la que la gente no duerme lo suficiente, dice Lockley.
Por otro lado, la ceguera es una condición que, si bien se da por cuestiones genéticas o traumas fuertes en el ser humano, también ha comenzado a aparecer entre usuarios que emplean exageradamente sus dispositivos electrónicos a todas horas del día.
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The New England Journal of Medicine relata que la pérdida de visión monocular pasajera es una presentación clínica frecuente, y la causa no siempre es tromboembólica. Dos casos hacen referencia a esto:
Una mujer de 22 años de edad presentó un historial de varios meses de deterioro visual repentino en el ojo derecho que ocurría por la noche. Los resultados de varios exámenes salieron normales, e incluso sus niveles de vitamina A en el cuerpo.
El segundo caso involucró a una mujer de 40 años que también presentó un historial de 6 meses de deterioro visual monocular recurrente, pero al despertar y que duraba hasta 15 minutos. Los resultados de estudios para una causa vascular resultaron normales. Entonces le recetaron una terapia con aspirina.
Cuando ambas pacientes fueron evaluadas y entrevistadas en una clínica neuro-oftálmica, se reveló que los síntomas ocurrían solo después de varios minutos de ver la pantalla de un teléfono inteligente, en la oscuridad, acostadas en cama. Se les pidió a ambas pacientes que experimentaran y registraran sus síntomas.
Luego, informaron que los síntomas siempre aparecían en el ojo contralateral al lado en que el paciente yacía acostado.
Al parecer, un ojo se acostumbra a la oscuridad –el que está siendo bloqueado por la almohada-, mientras que el otro se acostumbra al brillo de la pantalla del dispositivo. Y una vez que finalmente nos disponemos a dormir, esta discrepancia entre los ojos confunde al cerebro.
Como indica Goodfullness, esta confusión puede conducir a los síntomas de ceguera temporal, y en el peor de los casos, incluso puede causar daño permanente en el ojo.