Mi prometida aspiró y tiró las cenizas de mi madre muerta de la urna
Atesoré las cenizas de mi madre durante tres años después de su muerte. Su urna era la única cosa sagrada que le pedí a mi prometida que nunca tocara. Pero en su afán por dejar nuestra casa impecable, mi prometida aspiró las cenizas, las tiró a la basura y me ocultó la verdad.
