Oficial de policía camina en graduación de su hija, a pesar de perder dos piernas en accidente
No todas las promesas son igual de fáciles de mantener, incluso cuando en un principio suenan más bien sencillas.
Todos hacemos promesas que no estamos seguros de poder cumplir. Ser una persona de palabra no es nada sencillo, requiere esfuerzo e integridad. Pero según reporta Western Journal, pocas personas son mejor ejemplo que el Mayor de la Policía de Miami-Dade, Ricky Carter.
El Mayor Carter le hizo una promesa a su hija Jennifer que para muchos resultaría muy sencilla. Carter le dijo que caminaría el día de su graduación, una promesa que cobra un significado muy especial al tomar en cuenta su situación hace un año.
El 6 de mayo de 2017, Carter iba en su moto Suzuki por la autopista I-75, una vía interestatal que comunica las partes sudeste y sudoeste del estado de Florida. Sin previo aviso, la motocicleta de Carter se salió del pavimento y chocó contra una protección vial.
El atroz accidente devastó su cuerpo y lo dejó inconsciente por cuatro días.
"Recuerdo despertar en una cama de hospital y ver brazos fracturados, así que intenté mover mis piernas bajo las sábanas y las piernas no cooperaban con los movimientos que quería hacer", contó Carter.
"Entonces, alzé las sábanas y me di cuenta de que no tenía piernas"
Intentar comprender las circunstancias del accidente resultó ser casi tan horrible para el veterano policía que la mutilación en sí. "Es una autopista en la que manejo tan a menudo", explicó a medios locales.
"Viajo a velocidades muy bajas. ¿Cuáles son las probabilidades? No sé porqué sucedió esto". Aún así, Carter se rehúsa a sumirse en el desespero. Decidió que caminaría, ayudado por prótesis, y que lo haría para la fecha de la graduación de su hija Jennifer.
"¿Cómo puedo ser el hombre que quería ser?", recuerda haber pensado. "No tenía idea de cómo iba a hacer esto". Mira el video a continuación.
Pero lo logró a través de constantes, incansables esfuerzos y una determinación increíble de tener éxito en su misión. Su recuperación requirió de sesiones de terapia física casi a diario, y el esfuerzo mental resultó ser tan difícil como lidiar con su cuerpo sin piernas.
Aprendeer a usar sus prótesis fue "como aprender a caminar de nuevo. A veces, me sentí como un niño con mi equilibrio, intentando caminar", cuenta Carter.
¿Que si el dolor valió la pena? La hija de Carter ciertamente lo cree, luego de poder lucir su toga y birrete. "Hace apenas un año, no creía que podría estar aquí", dijo Jennifer. "Verlo de pie como en los viejos tiempos, fue la mejor sensación del mundo".