Niña con parálisis cerebral se le habría olvidado acampar, pero entonces la maestra la levantó en la espalda
Su nombre es Helma Wardenaar. Enseña en la Academia para la Ciudadanía Global, una escuela pública autónoma única en Chicago.
Ella fue parte del equipo fundador de esta escuela y desde el primer día, tuvieron una idea diferente de lo que era posible en la escuela pública. Entonces ellos se esforzaron por traes distintos modelos de escuelas a la suya, especialmente de Escandinavia, como informó el portal Love What Matters.
“Nos esforzamos para que nuestra escuela sea una comunidad que se cuiden unos a otros y a la tierra”. Comentó Helma.
Maggie Vázquez entró a su escuela en Kindergarten. Tiene parálisis cerebral, que afecta sus musculos, por lo que le resulta difícil caminar, afecta su coordinación y planificación motora.
Los profesores intentan que eso no sea una limitación para ella. La familia Vásquez y la maestra trabajan de la mano para encontrar soluciones, pues están en una escuela pública en una zona de bajos ingresos. Es necesario recibir donaciones para apoyar los especialistas y al equipo porque lo que reciben del distrito no es suficiente.
Helma indicó que “la educación sobre la naturaleza es una gran parte de nuestra misión: estamos desarrollando administradores que se preocupan por sus comunidades y la tierra. Tenemos jardines, gallinas, abejas”.
Maggie solía leerle a las gallinas cuando estaba aprendiendo a hacerlo. Los maestros suelen llevar a los estudiantes a excursiones, incluido mucho aprendizaje basado en el servicio.
Todos los años, los alumnos de 4to grado van a acampar. Maggie y sus compañeros de clase estaban ansiosos por eso.
“Sabíamos que tendríamos que unir nuestras fuerzas para asegurarnos de que ella pudiera disfrutar el tiempo en la naturaleza igual que sus amigas. Estaba decidida a llevar a Maggie. La pregunta nunca fue si ella podría ir, sino cómo podría hacerlo”, concluyó la maestra.
El gran desafío fue esta caminata. Hablaron con los guardaparques para entender el terreno. El recorrido era a lo largo de un camino de ciervos, bastante estrecho y rocoso, el andador o la silla de ruedas de Maggie no iban a funcionar.
“Buscamos alquilar un pony, hacer una silla elegante en una carretilla del jardín de la escuela, pero nada funcionaba. Había una ruta alternativa accesible, pero echaría de menos la vista y pensamos que simplemente no serviría”.
Entonces se dieron cuenta de que iban a tener que cargar con ella. Greg de REI ayudó a encontrar el cargador gratuito. Es una mochila segura con un arnés, por lo que Maggie se sentaría a salvo.
La pequeña Maggie fue una gran compañera de viaje. Animó a su equipo, cantó canciones para ella y masajeó el cuello de su maestra mientras ella la cargaba, diciéndole: “¡Vamos, Sra. Helma! ¡Puedes hacerlo!”.
“Les enseñamos a nuestros estudiantes a ser ciudadanos globales y a proponer soluciones creativas para los problemas que ven en el mundo”.