Viejo "gruñón" da asombroso regalo secreto a familia vecina, y su gesto fue recompensado
Esta es la conmovedora historia de un viejo gruñón en una misión secreta para ayudar a sus vecinos, y el regalo inesperado que recibe a cambio.
Farmers hizo un comercial que nos deja un hermoso mensaje y por ello quisimos compartirlo con nuestros lectores.
El vídeo, compartido en su canal de YouTube en diciembre de 2017, comienza con un señor de unos 70 años aparentemente molesto con sus vecinos y los hijos de estos, pero el final resultó ser distinto.
Como el anciano se mostraba resoplando y frunciendo el ceño cada vez que veía a la familia divirtiéndose, la mayoría de la gente no pensó que podría estar feliz con sus nuevos vecinos.
Sin embargo, más tarde demostró que en su interior había una persona amable. Un día, mientras lavaba los platos, escuchó un estallido de vidrio.
Imagen tomada de: Pixabay
Inmediatamente miró a través de las cortinas y se dio cuenta de que uno de los hijos de la vecina había roto la cafetera de su madre, quien parecía estar muy enojada con el chico.
Para hacer un gesto agradable, fue a la tienda y compró una cafetera nueva. Más tarde, se le pudo ver "usándola", para que no fuera obvio que era nueva y, "casualmente", salió cuando su vecina también estaba fuera.
El gruñón estaba listo para botar su nueva cafetera en el cubo de basura, pero luego se la dio a la mujer puesto que "no la iba a usar más", y ella no podía entender por qué había hecho eso. Sin embargo, el niño notó algo particular.
Imagen tomada de: Pixabay
Más tarde, el anciano vio que el padre de los niños estaba acalorado y tratando de tranquilizar a su bebé quisquilloso. Una vez más, ordenó un ventilador, hizo que pareciera usado y viejo, y lo colocó frente a su casa como un regalo "secreto".
Lo que el anciano no sabía era que el niño veía cada acto amable que hacía desde la ventana de su dormitorio, por lo que decidió hacer algo al respecto.
En Navidad, el niño tomó la leche y galletas que eran para Santa Claus, las puso frente a la puerta del anciano, tocó el timbre y regresó a su casa.
Cuando el anciano "gruñón" vio el presente, no pudo evitar sonreír y mirar la ventana del niño, que también sonreía y lo miraba.
¡Qué hermoso gesto! Este tipo de cosas suceden cuando menos las esperamos, y eso es lo bello de la vida. Como dicen por ahí, "haz el bien, sin mirar a quien".