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El perro "llora" y no puede soportar la respiración en la tumba de su dueño

Stef Colina
28 sept 2018
11:11

Un video muestra el momento desgarrador en el que un perro comienza a llorar de muy humanamente en la tumba de una persona que conoce muy bien.

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En la grabación publicada en YouTube se puede ver a Wiley acostado en la tumba de la abuela de su ama, el perro estaba visiblemente devastado por su muerte.

El clip que conmocionó a la mayoría de las personas que lo vieron ha sido visto más de 9 millones de veces desde entonces.

El momento también fue publicado en el portal del Lockwood Wildlife Rescue Center, un refugio en el condado de Ventura que se especializa en perros lobo.

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El corto muestra a Wiley acostado en la tumba de Gladys, haciendo sonidos desgarradores que se asemejan al llanto de un ser humano, informó Daily Mail.

El huskey se ve muy afectado por la muerte de Gladys, a quien se describe en el sitio web de Lockwood Shelter como "un miembro de la familia y voluntaria" del refugio.

LOS PERRITOS TAMBIÉN AMAN Y SUFREN LAS PÉRDIDAS

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"La extrañaremos terriblemente, especialmente Wiley", dice el sitio web.

Gladys era la abuela de Sarah, la persona que publicó este video en línea. Algunos cibernautas piensan que Wiley solo estaba estornudando en la grabación, pero Sarah respondió que no podrían estar más lejanos de la realidad.

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"Todo lo que puedo decirles es que nunca hizo eso y nunca lo hizo de nuevo, tal vez soy yo quien le da sentimientos humanos, pero es el la forma en que elegí vivir el duelo, y puedo asegurarles a aquellos de ustedes no se está muriendo, que tenemos un veterinario en el refugio y Wiley es encanto", aseguró Sarah.

EL DOLOR DE WILEY ES TAN REAL COMO EL DE CUALQUIER PERSONA

Según ella, Wiley es un "lobo del servicio" que ayuda a los veteranos que regresan de la guerra, sirviendo como un animal de terapia para aquellos que sufren de estrés postraumático.

Esta historia nos recuerda a la de una perrita que temblaba de miedo cada vez que una persona se le acercaba. Su rescatista tuvo que acariciarla con una manta por 30 minutos, solo para que dejarse poner un collar y una correa; pero luego, rápidamente se fue distendiendo; incluso se acostó en el regazo del rescatador.

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