17 de septiembre: Día de Santa Hildegarda de Bingen, abadesa, compositora y escritora
Hildegarda fue una abadesa, compositora, escritora, filósofa, mística, líder monacal, médica, polímata y profetisa alemana.
Considerada una de las personalidades más influyentes, polifacéticas y fascinantes de la Baja Edad Media y de la historia de Occidente.
Nació en Bermersheim, en el valle del Rin, en Alemania, durante el verano del año 1098, en el seno de una familia noble acomodada.
Desde pequeña sufrió de constantes enfermedades y experimentaba visiones. En una narración escrita por el monje Teoderico de Echternach, se consignó el testimonio de Hildegarda, donde dejó constancia que desde los tres años tuvo la visión de una luz.
Escultura que representa a Santa Hildegarda.| Fuente: Wikipedia
Estas visiones continuaron aún durante los años, pero las vivía sin perder los sentidos ni sufrir éxtasis.
Describió este hecho como una gran luz en la que se presentaban imágenes, formas y colores; además iban acompañados de una voz que le explicaba lo que veía y, en algunos casos, de música.
A los 42 años sobrevino un episodio de visiones más fuerte, durante el cual recibió la orden sobrenatural de escribir las visiones que en adelante tuviese.
Desde ese momento, Hildegarda escribió sus experiencias, que dieron como resultado el primer libro llamado Scivias (Conoce los caminos), que no concluyó hasta 1151.
El Riesencodex conservado en la biblioteca de la Hochschule de Rhein-Main.| Fuente: Wikipedia
En 1148, un comité de teólogos, encabezado por Albero de Chiny-Namur, obispo de Verdún, a petición del Papa, estudió y aprobó parte del Scivias.
El pontífice leyó públicamente algunos textos durante el sínodo de Tréveris y declaró que tales visiones eran fruto de la intervención del Espíritu Santo.
Luego de aprobar sus escritos, envió una carta a Hildegarda, pidiéndole que continuase plasmando sus visiones.
Con ello dio comienzo no solo la actividad literaria aprobada canónicamente, sino también la relación epistolar con múltiples personalidades de la época.
Santa y fundadora Sibila del Rin . Profetisa teutónica.| Fuente: Wikipedia
Tal fue su reconocimiento, que llegó a ser conocida como la Sibila del Rin.
En 1163, como fruto de sus constantes visiones, comenzó la escritura del Liber divinorum operum, la tercera de sus tres obras más importantes y que tardaría alrededor de diez años en concluir.
La abadesa alternó la vida contemplativa y de escritora con la de predicación y fundación, ya que en 1165 fundó un segundo monasterio en Eibingen, que visitaba regularmente dos veces a la semana.
El trabajo como escritora se vio interrumpido muchas veces por los viajes de predicación.
Su predicación giró en torno a la redención, conversión y reforma del clero, criticando duramente la corrupción eclesiástica, además de oponerse firmemente a los cátaros.
La jerarquía angélica. Visión sexta del libro del Scivias.| Fuente: Wikipedia
Hizo cuatro viajes de predicación en total y usó las cartas para hacer sentir su opinión ante personajes notables.
Poco antes de concluir el Liber divinorum operum, murió el monje Volmar, su más cercano colaborador y secretario, lo que la llevó a ayudarse de los monjes de la abadía de san Eucharius de Tréveris para terminar dicha obra.
Hildegarda vivió una situación crítica en 1178, cuando su comunidad dio sepultura en el cementerio conventual a un noble supuestamente excomulgado.
Por la imposición de esta pena eclesiástica, el derecho canónico prohibía su entierro en suelo sagrado.
Se pidió a Hildegarda que exhumara el cadáver. Ella se negó e incluso hizo desaparecer cualquier rastro del enterramiento para que nadie pudiera buscarlo.
La Trinidad en su íntegra Unidad, Scivias, visión II, 2.| Fuente: Wikipedia
Hildegarda se defendió escribiendo una carta de rico contenido doctrinal, donde recogía el significado teológico de la música.
Cuando regresó el arzobispo en marzo de 1179, se presentaron testigos que apoyaban la versión de Hildegarda y fue levantado el entredicho.
El 17 de septiembre, a los 81 años murió Hildegarda. Las crónicas hagiográficas cuentan que a la hora de su muerte aparecieron dos arcos muy brillantes y de diferentes colores que formaban una cruz en el cielo.
Sus reliquias fueron conservadas en el convento de Rupertsberg hasta la destrucción de éste en 1632, durante la Guerra de los Treinta Años.
Luego fueron trasladadas a Colonia y después a Ebingen donde se depositaron en la iglesia parroquial donde aún reposan.
Reliquias de Hildegarda de Bingen en la Iglesia de Eibingen.| Fuente: Wikipedia
En 1940, se aprobó oficialmente su celebración para las iglesias locales. Con motivo del 800 aniversario de su muerte, Juan Pablo II se refirió a ella como profetisa y santa.
El papa Benedicto XVI también se refirió a Hildegarda como santa en el 2006 y la encomió como una de las grandes mujeres de la cristiandad junto con Catalina de Siena, Teresa de Ávila y la madre Teresa de Calcuta.
En diciembre de 2011, el papa Benedicto XVI anunció su decisión de otorgar a santa Hildegarda el título de "Doctora de la Iglesia".
Finalmente, el 10 de mayo de 2012 procedió a inscribirla en el catálogo de los santos y extender su culto litúrgico a la Iglesia universal, en una "canonización equivalente".