La razón de las erupciones de los volcanes en Hawaii y Guatemala
El Anillo de Fuego se extiende desde la placa del Pacífico hasta las placas de Nazca y Cocos, e incluye el Mar de Filipinas. Cubre más de 40 mil km.
Según reporta El Diario Mexicano, hay un elemento que conecta a los eventos volcánicos que han ocurrido recientemente en la isla de Hawaii, en el oceáno Pacífico, así como en Guatemala.
Se trata del Anillo del Fuego, una zona de intensa actividad sísmica y volcánica que, según Hongfeng Yang, es el lugar donde se originan 80% de todos los terremotos del mundo entero. Feng, seismólogo de la Universidad China de Hong Kong, atribuye a la actividad de este Anillo las recientes erupciones.
Las zonas de mayor riesgo volcánico son Chile, Japón, la costa oeste de los Estados Unidos, y territorios como las Islas Salomón, en la zona litoral occidental de Amérca del Norte y del Sur. Mira el siguiente video sobre el Anillo del Fuego y su influencia.
La razón por la cual estas áreas experimentan mayor intensidad sísmica es que son zonas de subducción bloqueadas, y esa energía reprimida se libera en terribles terremotos y erupciones. El Anillo del Fuego se formó luego de que las placas océanicas se deslizaran bajo las placas continentales.
Los volcanes del Anillo del Fuego se deben al proceso de subducción, en el que una placa queda bajo la corteza sólida del manto terrestre, en contacto con el núcleo caliente, ocasionando la formación de un reservorio de magma.
Las zonas de subducción también presentan gran incidencia de tsunamis.
Imagen tomada de: The Real MLordandGod
Cuando la energía interior de la Tierra se ve represada y se almacena el calor, las placas comienzan a deslizarse, y se originan los terremotos, por la fricción generada al frotar las dos placas.
"Se requieren decenas de miles de años para que la energía se acumule, pero solo en cuestión de segundos se liberará", explicó Feng.
Todos los años, las placas continentales se mueven lentamente, unos pocos centímetros cada vez. Pero durante un terremoto, alcanzan velocidades de hasta varios metros por segundo.
Pero por más que ha avanzado nuestro entendimiento sobre los terremotos, la ciencia sigue siendo incapaz de predecir cuándo ocurrirán.