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Chiste del día: el perro de un hombre atrapa a un conejo

Stef Colina
22 nov 2020
11:00

Una mañana, un hombre regresa a casa y descubre a su perro tirado en el porche cubierto completamente de nieve y tierra con un gancho en la boca.

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El amo salió y dejó a su perro desatado y al regresar, encontró al conejo de su vecino en la boca del perro, por lo cual rápidamente recurrió a medidas drásticas.

Hombre sorprendido señalando a su perro. │Foto: Freepik

Hombre sorprendido señalando a su perro. │Foto: Freepik

VAYA EMBROLLO

El hombre notó lo sucio que se veía su perro, pero se sintió aliviado de que no hubiera ningún desastre engorroso. El conejo muerto le pertenecía a su vecino, quien cría a estos animales para exponerlos en concursos de conejos.

Sabiendo que su vecino tiene varios ganadores de la disputada "cinta azul" entre el resto de sus conejos, se asustó pensando en la repercusión del incidente cuando el entrenador de conejos descubriera que uno de sus ejemplares falleció.

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Hombre abrazando a su perro en un jardín. │Foto: Freepik

Hombre abrazando a su perro en un jardín. │Foto: Freepik

LA SOLUCIÓN

Pensando rápido, el dueño del perro le quitó a su mascota el cadáver el pobre conejito para limpiarle el barro. Luego, se coló al patio del vecino mientras este no estaba en casa.

Rápidamente localizó la única jaula vacía en el patio trasero, colocó con cuidado al conejo en ella y regresó a casa. Aproximadamente 30 minutos después, el hombre escucha a su vecino gritar, y curioso se asomó a ver que pasaba.

Conejo en medio sobre un terreno. │Foto: Freepik

Conejo en medio sobre un terreno. │Foto: Freepik

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¡DE ULTRATUMBA!

Al encontrarse con el vecino, este le explicó algo que lo dejó con escalofríos: "Es mi conejo. Mi conejo murió hace tres días y lo enterramos, pero ahora ha resucitado y está de vuelta en su jaula".

Si te gustó ese chiste, presta atención porque como hay muchos más. El siguiente te hará soltar toda la tensión que pudiste haber acumulado en la jornada.

Hombre de negocios hablando. │Foto: Pexels

Hombre de negocios hablando. │Foto: Pexels

UN FINAL NO TAN FELIZ

Dos vendedores que van de puerta en puerta llegan a casa de una mujer, quien evidentemente no estaba feliz de verlos. Les hizo saber en términos inequívocos que no tenía ningún deseo de escuchar lo que tenían que decir y les cerró la puerta en la cara.

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Sorprendentemente, la puerta no se cerró e incluso se abrió de golpe. Intentó el golpe de nuevo, canalizando toda la fuerza, pero obtuvo el mismo resultado: permaneció abierta.

Segura de que los jóvenes habían metido el pie en la puerta para evitar que ella la cerrara, se apartó para darle un buen portazo que les enseñaría a no meterse con ella, pero se detuvo cuando uno de los hombres le dijo que debía mover su gato antes de intentarlo de nuevo.

Fuente: Startsat60

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